Nuestras mascotas son, sin lugar a dudas, parte de nuestra familia. Las cuidamos y amamos, y no queremos que nada malo les suceda. Sin embargo, no dejan de ser animales, que más de una vez se exponen a situaciones de peligro.

Por supuesto que, ante cualquier situación con tu mascota, es necesario recurrir a un veterinario, pero mientras tanto, hay algunos principios de primeros auxilios que, en casos extremos, pueden salvarle la vida a tu mascota.

Aquí te hacemos un resumen de las cosas más importantes que debes saber para rescatar a tu mascota en momentos críticos.

Envenenamiento

Lo primero en estos casos es detectar que hay envenenamiento, y, en lo posible, encontrar el causante.

Los síntomas más comunes de envenenamiento son vómito, diarrea y convulsiones. En gatos puede presentarse también salivación e irritación en la piel, mientras que en perros hay rechazo a la alimentación y gruñidos. Si la causa de la intoxicación es veneno para ratas, también puede haber sangre en las heces, vómito y olor a ajo en la boca.

Si el envenenamiento fue causado por inhalación de gases nocivos, es importante que la mascota tome aire fresco de inmediato. A los gatos se les puede hacer una reanimación con bastoncillos de algodón humedecido con amoníaco.

Si la causa del problema es intoxicación con productos químicos, plantas venenosas o medicinas, es necesario causar vómito con ayuda de una solución de bicarbonato de sodio o una fuerte solución de salmuera.

Eso sí: cuidado con la intoxicación por ácido, en cuyo caso no se debe provocar el vómito, dado que puede generar una lesión extra. En esos casos, lo mejor es darle de beber algo que sea capaz de neutralizar la acción del medicamento, como leche mezclada con agua.

Heridas o accidente

Si tu mascota ha sufrido alguna herida, corte o lastimadura, mordedura de otro animal, etc, es necesario, en primer lugar mantenerla en un lugar seguro y tranquilo.

El área lastimada debe cubrirse con una gasa esterilizada, haciendo presión en la zona afectada. De no tener gasa, se puede utilizar una toalla o paño limpio. La función es quitarle la mayor movilidad posible.

Si la herida no es sangrante, basta con limpiar la zona afectada aplicando una solución salina esterilizada o agua; nunca alcohol en estos casos.

Importante: en caso de objetos clavados, es importante no intentar retirarlos, puesto que se puede provocar mayores daños. Si ese es el caso, es importante esperar la presencia del veterinario para tomar medidas.

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Asfixia o bloqueo respiratorio

La asfixia u obstrucción respiratoria en animales se identifica porque la mascota comienza a toser violentamente y muestra dificultades para respirar. En animal puede estar atragantado con cualquier cosa, y lo que hay que intentar es quitar el objeto extraño de la garganta.

Lo ideal es que una persona inmovilice al animal con las piernas y le abra la boca con las manos, mientras que otra persona intenta identificar y extraer el objeto que provoca la asfixia.

Importante: quien le abre la boca al animal tiene que tener mucho cuidado de no tapar las fosas nasales para no empeorar la situación.

Además, quien intenta remover el objeto extraño debe cuidarse de no enviarlo más hacia adentro. Si no puede usar los dedos, un instrumento útil es una pinza de punta fina

Finalmente, hay que tener mucho cuidado con la reacción del animal, que estará asustado y puede tender a morder o atacar. Quien se ocupe de inmovilizarlo tiene que hacerlo con mucha confianza y sujetar al animal con firmeza.

Dislocaciones o fracturas

Ante golpes fuertes, caídas o atropellamiento, lo primero que hay que hacer es intentar inmovilizar al animal para evaluar los daños. Cualquier movimiento, si es que hay dislocación o fractura, puede empeorar la situación. Por eso, en la medida de las posibilidades, hay que evitar mover al animal.

Si se descubre una fractura, es necesario reducir el movimiento de la extremidad dañada. Por ejemplo, si el animal sufrió una lastimadura en una pata, habrá que mantenerlo acostado y envolver el miembro dañado con una toalla, de manera que tenga el menor movimiento posible.

Luego, hay que llevarlo a la veterinaria de inmediato e intentando evitar movimientos bruscos. En caso de que no haya ninguna lesión visible, también es importante hacer esto, ya que el médico debe evaluar que o haya daño interno.

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Fuentes:

Genial Gurú

La Nación