Cuando una relación comienza, el mayor deseo siempre es “que dure para siempre”. Pero lamentablemente, son muy pocas las parejas que lo logran. “Para siempre” es demasiado tiempo, y muchas circunstancias pueden llevar a la ruptura.

Pero claro, generalmente esto no sucede de un día para el otro; suele ser un largo proceso de desgaste, en el que la pareja se acaba poco a poco.

Lo que debes saber es que hay cuatro etapas que comienzan a demostrar que las cosas no vas bien. Pero como siempre, es posible hacer cambios para intentar salvar a la pareja.

Lo mejor que puedes hacer es conocer estas cuatro etapas que anuncian que la pareja se acaba para no llevarte luego una sorpresa indeseada.

[También te puede interesar: 7 señales de que tienes una conexión emocional muy fuerte con una persona]

1. Aparecen serios problemas

Durante la primera etapa de quiebre, empiezan a aparecer problemas graves en la relación. Falta de unidad de criterios en cuestiones importantes, prioridades diferentes, e incluso falta de ganas de estar juntos.

El problema más grave aparece cuando solo uno de los miembros de la pareja ve el problema, mientras el otro lo minimiza. Pues el comienzo de esta etapa es el momento perfecto para intentar buscar una solución.

En cambio, si se deja pasar el tiempo, puesto que una de las partes no está dispuesta a ver que las cosas no andan bien, seguramente se pase rápidamente a la etapa dos.

2. Falta de diálogo

Ante las dificultades para discutir y encontrar soluciones a la etapa uno, aparece cierta apatía que desencadena en falta de diálogo. El pensamiento reinante es “hablar no sirve de nada, pues todo sigue igual”.

Esto es crítico para la pareja, pues el diálogo es la mejor herramienta para poder encontrar soluciones, y es el “oxígeno” de cualquier relación: aquello imprescindible para que las cosas se solucionen.

Entonces, comienza a aparecer un distanciamiento más severo, y una sensación de impotencia que transforma al vínculo en algo pesado y doloroso.

3. Distanciamiento

La falta de diálogo de la etapa dos lleva, indefectiblemente, a un distanciamiento. Cada miembro de la pareja empieza a vivir por su cuenta.

Claro que cierta independencia siempre es sana. Pero cuando la pareja se acaba, no se trata solo de mantener los propios espacios. Lo grave aquí es que poco a poco empiezan a desaparecer los espacios comunes.

Esos proyectos que tenían juntos ya no prosperan y hay muy poco compañerismo: cada uno piensa en lo que necesita, sin importarle la necesidad del otro.

Esto termina llevando a un "desenganche emocional": se deja de admirar al otro, para ver todo lo negativo que tiene. Es el momento más crítico cuando una pareja se acaba.

4. Sentirse solo

Todo lo anterior lleva a los miembros de la pareja a sentirse muy solos a pesar de seguir juntos. De hecho, la situación de continuar la relación hace que el sentimiento de soledad sea más doloroso.

Ciertamente, cuando la pareja ha llegado a este punto, volver puede ser muy difícil, por lo que lo ideal es intentar resolver las cosas antes.

Extra: Ingredientes fundamentales para revertir una crisis

Si sientes que estás en las primeras etapas de esta debacle y quieres intentar resolver las cosas antes de que sea tarde, estas son las cosas que deberías hacer sí o si:

  • Hablar de los problemas tanto como sea necesario.
  • Volver a compartir las cosas que aman hacer juntos.
  • Acercarse cariñosamente uno al otro.
  • Escucharse y respetarse.

[También te puede interesar: Psicología de la conexión: ¿cómo conectar con una persona desde el corazón?]

Fuentes:

Clarín