La culpa es un sentimiento que todos hemos experimentado alguna vez, especialmente si hicimos algo que queríamos pero por alguna razón no era lo que se supondría que hiciéramos.

Pero así como a veces la culpa puede ayudarnos a detectar que hicimos algo que no sería bueno que repitiéramos por respeto hacia otro o hacia nosotros mismos, muchas otras puede "jugarnos en contra".

El sentimiento de culpa se relaciona con el deber, con lo que se espera de nosotros. Y en esto se entrecruzan expectativas y normas no solo sociales, sino también familiares, por ejemplo, que son diferentes en cada persona.

Por eso puede que si se espera mucho de nosotros, por ejemplo, nos sintamos menos libres de decidir, y cuando lo hagamos, sintamos culpa.

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En ese sentido, hay que deconstruir lo que se siente como culpa. Porque podemos quedarnos toda la vida sin hacer lo que realmente sentimos o queremos, por temor a salirnos de lo se se esperaría de nosotros.

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En qué cosas nunca deberías sentirte culpable.

1. Cancelar un plan si no tienes ganas de hacerlo

¿Todos tus amigos o tu familia se reúnen y tú no quieres ir? ¿Tienes miedo a quedar mal, a que hablen cosas negativas de ti? Escúchate. Si realmente no sientes ir, no vayas. Siempre será mejor que seas fiel a ti mismo a que luego te sientas incómodo. No te traiciones por mantener la imagen que los demás esperan.

2. Consentirte

A muchos nos han enseñado que consentirnos con una rica comida, un plan que nos encante hacer, o algo nuevo para nuestra casa es un derroche. Pero si lo haces a conciencia y realmente sientes que necesitas darte un mimo para ti, hazlo. Eso sí: nunca olvides que si hay algo que te angustia debes trabajarlo, no taparlo, y menos que menos intentes hacerlo consumiendo de manera excesiva. Ponte siempre el límite del amor propio. Que el consentirte sea un regalo para ti, y no una forma de callar algo que te molesta.

3. Alejarte de quien no te hace bien

No tienes por qué estar con alguien con el que no te sientes a gusto, o te trata mal. Alejarte de esa persona es un acto de amor propio; y eso no quiere decir que nunca más pueda retomarse ese vínculo, solo que quizás ahora no sea el momento.

4. Decir lo que piensas

En algunos ámbitos o relaciones puede esperarse que no digas lo que piensas, sobre todo si es opuesto o contradice lo que otro ha dicho. Pues bien, ¡basta con eso! Siempre que te expreses con respeto, tienes derecho a decir lo que sientes y piensas, le guste a quien le guste. No es necesario que mantengas tanto la forma. Debes ser siempre tú mismo.

5. Sentir placer

Disfrutar y sentir placer no está mal. ¡Es algo muy gratificante! No tienes por qué sentirte culpable por ser feliz. Puede parecerte un poco exagerado, pero hay muchas personas que se sienten culpables de poder disfrutar.

Fuentes:

La Vanguardia

El Rincón del Tiebet