Millones de años de evolución nos trajeron a este día, a esta sociedad, pero durante la mayor parte de ese tiempo fuimos uno con la naturaleza. No había mucha diferencia entre nosotros y cualquier otro animal. Con el paso del tiempo dejamos la planicie por las cuevas y después comenzamos a construir nuestros hogares, alejándonos cada vez más de la naturaleza.

Hoy vivimos en grandes ciudades en las que un parque limpio y seguro ya es una batalla ganada, el que sea verde ya ni siquiera importa, pero, ¿no crees que mantener a un perro sin salir a un parque cuenta como maltrato? Entonces, ¿por qué nosotros podemos alejarnos tanto de la naturaleza y creer que no nos sucederá algo malo?

Mejora nuestros sentidos

La ciencia averiguó que la simple esencia de las cosas nos permite encontrarlas, incluso se cree que algunas personas tiene habilidades sensoriales tan agudas como las de los murciélagos, tanto que hay personas que son capaces de evitar o descubrir bombas escondidas en los bosques gracias a esta especie de sexto sentido. Sin embargo, todas estas habilidades están desarrolladas en personas que vivieron en zonas rurales con mucho acceso a la naturaleza.

Sufrimos lejos de ella

Glenn Albrecht es un profesor australiano que acuñó la palabra sostalgia, que viene del latín solacium (comodidad) y la raíz griega algia (dolor). Esta palabra expresa el dolor que sentimos cuando reconocemos que el lugar en el que vivimos alguna vez está en peligro. La destrucción del hábitat natural y de los ecosistemas en todo el mundo está causando un desequilibrio mental colectivo y pocos están conscientes de ello. Mucho peor, pocos quieren revertir la tragedia.

Mejora nuestra memoria y creatividad

La gente que pasa más tiempo en la naturaleza puede explorar, perderse, abrir la mente y reflexionar. Estas actividades muchas veces no suceden en un ambiente de alto estrés como una ciudad y mucho menos en nuestra vida rutinaria. Un estudio de la Universidad de Michigan demostró que al haber interactuado una hora con la naturaleza, el rendimiento de la memoria mejoró hasta en 20 % para esas personas.

¿Y el derecho a la naturaleza?

Los derechos humanos son la máxima guía para las personas actualmente. Hemos ganado el derecho a la cultura e incluso el derecho a Internet, pero la naturaleza parece pasar desapercibida. Somos animales conscientes y necesitamos regresar a nuestro hábitat de vez en cuando, eso debería ser incluso una obligación más que un derecho.

Debemos regresar a la naturaleza. Podemos seguir viviendo en las grandes ciudades llenas de un extraño caos que la verdad es algo que muchos amamos, pero los fines de semana pueden ser la excusa perfecta para despertarse temprano y salir a recorrer el mundo. Viajar no siempre tiene que implicar irse en avión o transportarse horas interminables en carretera.