Aunque más del 90% de las mujeres tienen celulitis, a muchas de ellas les afecta o avergüenza a la hora de mostrar su cuerpo. Esto en parte se explica por el ideal de belleza y perfección femenina que se acerca más a una gráfica publicitaria que a los cuerpos reales; pero que sin embargo presiona a mucha mujeres para intentar alcanzarlo. 

En sí, la celulitis es una patología que afecta el tejido que está debajo de la piel y genera alteraciones circulatorias; produciendo modificaciones en la estructura de la piel. De ahí que su aspecto sea el de la cáscara de una naranja. 

Aunque suele confundirse, la celulitis no es una forma de obesidad. Puede generarse por cuestiones genéticas, pero agravarse por problemas en la alimentación, consumo de café o cigarrillo, sedentarismo, o incluso el embarazo. 

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Ahora bien, no todos los tipos de celulitis son iguales. ¿Cuál es el que tienes tú? 

1. Adiposa

Se produce, en general, luego de un aumento importante de peso y se localiza en el abdomen, caderas y glúteos. Se suele caracterizar por piel blanda al tacto que al pellizcarla no genera molestias. 

¿Cómo combatirla? Escoge una dieta baja en grasas saturadas e inicia una rutina regular de ejercicio de bajo impacto (como caminar o nadar) para activar el metabolismo. 

2. Acuosa

Si eres delgada y tienes celulitis, éste será posiblemente tu tipo. Puede agravarse por una vida sedentaria o por una mala circulación. Suele localizarse en piernas, brazos y muslos.

¿Cómo combatirla? Cuida tu alimentación, haz ejercicio regularmente, y hazte diariamente masajes para activar la circulación.

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3. Fibrosa

Este tipo de celulitis puede ser resultado de un largo período; posiblemente se haya agravado por cuestiones como una dieta rica en grasas o azúcares, o una rutina sedentaria.

¿Cómo combatirla? Para mejorar su aspecto, realiza actividad física intensa, escoge una dieta rica en vegetales, y activa la circulación mediante compresas frías o masajes.

Otras recomendaciones para mejorar el aspecto de la celulitis

  • Bebe, como mínimo, 2 litros de agua por día.
  • Cuida el consumo de sal.
  • Evita el alcohol y el cigarrillo.
  • Evita los embutidos. 
  • No utilices prendas de vestir muy pegadas al cuerpo.
  • Practica ejercicio moderado regularmente.
  • Descansa bien. 

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