Oroville es la presa más alta de EE.UU y corre el riesgo de derrumbarse. Fue construida en 1968, y hace días fue necesario, por primera vez, activar su desagüe de emergencia para intentar reducir el volumen de agua acumulada y evitar que esta se derrame poniendo en riesgo la vida de centenares de miles de personas.

Actualmente, la presa amenaza con convertirse en un desastre y los equipos de emergencia tienen 72 horas para reparar un muro que, de romperse, puede generar que una avalancha de agua sobre decenas de kilómetros a la redonda inunde las zonas vecinas.

El panorama es aún peor porque se espera una gran tormenta para el jueves, de modo que los encargados del mantenimiento están trabajando contra reloj para vaciar todo el agua que se pueda antes de que regrese la lluvia.

El desborde de la presa es resultado de las intensas tormentas que ha padecido California en este invierno, que han sacado de la situación de sequía extrema a más del 80% del estado, pero al mismo tiempo han llenado los embalses a niveles no vistos desde hace años. 

Uno de los problemas que puso la presa en riesgo de desborde fue que el sistema de emergencia, nunca antes utilizado, hizo que  la ladera de la montaña bajo el muro se empezara a desprender, formando grietas y agujeros y arrastrando todo tipo de escombros naturales que podían causar problemas río abajo.

Si esa erosión afecta a los cimientos del muro de la presa, podría derribarlo, y el resultado sería una pesadilla: el agua contenida en 10 metros de altura del lago se vaciaría sobre las poblaciones de la zona. No es la presa en sí lo que peligra, sino ese muro, pero de todas formas lo que sucedería sería tremendo.