Esta temporada de huracanes ha sido muy activa, desafortunadamente. El Caribe y Florida fueron azotados por el paso del huracán Irma, dejando un estimado de 39 muertos y millones de dólares en daños materiales.

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Sin embargo, la amenaza continúa ahora con María, que se formó el sábado 16 de septiembre como una tormenta tropical, pero se ha intensificado y ahora es un huracán de categoría 1. Se dirige hacia las Islas Leeward, Puerto Rico y República Dominicana con unos vientos máximos de 120 kilómetros por hora.

Es decir, algunas áreas afectadas por Irma pueden enfrentar condiciones de huracán el martes o miércoles.

Además de María, hay otras dos tormentas tropicales activas en el Atlántico: José y Lee. José es el más potencialmente peligroso pues su trayectoria lo llevará cerca de la costa este de Estados Unidos, donde es probable que toque tierra.  

Se formó el 17 de septiembre por la mañana y se esperan vientos máximos de 128 kilómetros por hora. Los cálculos indican que no tocará tierra pero los expertos se mantienen en alerta.

La tormenta Lee es la menos amenazante de las tres. Actualmente se encuentra a más de 1.000 kilómetros de la costa oeste de África y se esperan vientos máximos de 65 kilómetros por hora. Se debilitará en los próximos días hasta desaparecer por completo el viernes 22 de septiembre, aproximadamente.

¿Por qué este año fueron tan intensos los huracanes?

Mucho se ha hablado del impacto del calentamiento global en esta temporada de huracanes, y se ha demostrado que el incremento en la temperatura de las aguas del Atlántico fue un factor que agravó la potencia del huracán Irma.

Las autoridades científicas del mundo exigen un cambio importante, para prevenir catástrofes como estas en el futuro.

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