Los hisopos, q-tips, cotonetes o bastoncillos son uno de los objetos de higiene más comunes en nuestros hogares, pero, ¿son del todo beneficiosos? En realidad, todo lo contrario. Ni para nosotros, ni para el planeta.

Pues es cierto que los hisopos parecen prácticos, pero estas pequeñas herramientas están preocupando a una gran cantidad de ambientalistas en todo mundo debido al largo tiempo que toman para degradare una vez que los utilizamos: alrededor de 300 años. Al mismo tiempo, los otorrinolaringólogos advierten que no tienen nada de bueno para la salud: 

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hisopos

A propósito de este problema, el ayuntamiento de una pequeña localidad de Madrid llamada Apedrete comenzó una campaña de concientización bajo el lema Diez minutos en tus manos, 300 años en la Tierra, con la intención de sensibilizar a la población general acerca de los diferentes productos no degradables de uso cotidiano, entre los que se encuentra el hisopo.

Esta campaña está trascendiendo fronteras y nos hace reflexionar acerca de los millones de objetos no biodegradables que usamos todos los días, que muy probablemente terminarán en el océano, contaminándolo por siglos antes de degradarse por completo y afectando la vida de animales marinos en el proceso.

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Nada buenos para la salud

Como dijimos, otra muy buena razón para dejar de usar hisopos (además de su devastador impacto ambiental) es que con ellos es muy fácil empujar la cera hacia el interior de nuestros oídos.

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Nuestro organismo la expulsa naturalmente como mecanismo de limpieza y protección, así que cuando usas los hisopos y empujas la cera lo suficientemente profundo, puedes desarrollar condiciones como la tinnitus, la percepción interna de sonido aun sin la presencia de fuentes externas, causada por el contacto del tímpano con la cera.

Si aun así quieres utilizar hisopos, asegúrate de que estén hechos de materiales biodegradables y ecológicos que no estarán ahí siglos después de que la cera que limpiaron haya desaparecido por completo.