Vamos a decir las cosas tal como son: todos hemos participado de algún chisme alguna vez. Aunque no te guste, seguramente alguna vez te encontraste hablando sobre la infidelidad de un amigo, sobre las costumbres raras de otros, o de alguna cosa. El problema es que a veces pueden ser chismes sobre ti.

Un estudio demostró que alrededor del 80% de las conversaciones que mantenemos a diario se tratan sobre la vida y las costumbres de otras personas.Es decir: chismeamos el 80% del tiempo.

Vamos, que hasta cierto punto es normal. Pero cuando se vuelve patológico, puede ser muy dañino. No sólo para la “víctima” de los chismes, sino para todos los que participan de la conversación.

¿Cuándo el chisme se vuelve patológico?

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Un chisme puede ir desde una simple crítica hasta la invención de toda una historia en torno a cierta persona.

Como decíamos, aunque todos participamos de esta conducta de una u otra manera, hay veces que los chismes se vuelven patológicos. Hay personas que hacen del cotilleo una costumbre, y que pueden ser muy tóxicas.

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Generalmente, se trata de personas que necesita llamar la atención, y se aferran para ello a la costumbre de hablar de otras personas. El chismoso considerado peligroso es un individuo que padece gran angustia e inseguridad, lo cual lo impulsa a agredir, ya que en su mente se forman sinnúmero de fantasías destructivas que lo llevan a tener esa actitud.

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Este tipo de individuo se encarga de reproducir y hacer llegar a oídos de todos las “noticias” sobre cierta persona. A veces, los comentarios pueden estar basados en la realidad, pero casi siempre son tergiversados y exagerados.

El resultado es que todo el mundo dentro de cierto círculo (como amigos, compañeros de trabajo o hasta familia) terminan comentando esa historia. Sin hablar directamente con el afectado, para ver qué opina.

Detener los chismes con una sola frase

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Por todo esto, convivir con personas chismosas puede ser difícil. Además, formar parte de ese circuito te convierte en cómplice de una actitud que hace daño al afectado, y que enrarece todo círculo de personas.

La buena noticia es que, según los psicólogos, hay una frase que puedes usar para cortar de raíz los chismes a tu alrededor.

Cuando alguien se acerca a chismear contigo, sólo debes preguntar: 


  • ¿Por qué me estás contando esto?

Esta pregunta, tan sencilla, tiene una doble función. En primer lugar, demuestra que realmente no eres de los que se interesan por la vida de los demás, si no es algo que te afecte a ti directamente.

Pero sobre todo, pone en evidencia al chismoso. Enfrentado ante esa pregunta, posiblemente no sabrá qué contestar. Y eso, quizá, lo haga reflexionar acerca de su actitud. O al menos, dejará de involucrarte en el tema.

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