Hace no mucho tiempo atrás, se creía que todas las personas teníamos la misma sangre. Solo hace una centena de años se descubrió que, en verdad, existían diferentes tipos, que a su vez se vinculaban con distintos momentos de nuestra evolución. 

¿Cómo puede ser esto posible? En los genes de nuestra sangre llevamos el legado de nuestros antepasados. Los cambios en las formas de vida, como en el clima y los alimentos disponibles fueron generando nuevos tipos de sangre. De acuerdo a esto, diferentes tipos sanguíneos expresan la capacidad del hombre de adaptarse a los cambios ambientales. 

Así, el tipo de sangre 0 es el más antiguo; luego lo sigue el tipo A, el B, y el AB, el más "moderno" de todos. 

Lo que quizás no sabías es que, justamente debido a esto, el tipo de sangre puede ser determinante a la hora de escoger los alimentos. En esta nota podrás conocer qué es más o menos recomendable que comas de acuerdo a tu propia sangre.

Tipo 0

Es el más antiguo. Las personas con este tipo de sangre se caracterizan por ser fuertes, ya que en principio fueron nómadas cazadores. Por eso, suele ser, además, un grupo más resistente a nivel inmunológico.

A nivel físico, quienes tienen este tipo sanguíneo pueden mejorar su estado de salud mediante el ejercicio físico y una dieta rica en proteínas, ya que el sistema digestivo conserva la memoria genética de tiempos primitivos. 

Los cereales, como el trigo o el maíz no les resultan tanto como a otros tipos sanguíneos, pudiendo desarrollar alergias. Esto revela su herencia genética, ya que en los primeros tiempos de la humanidad, el cuerpo todavía no estaba adaptado a este tipo de dieta, entonces enlentizan y entorpecen el metabolismo.

Tipo A

Este tipo de sangre evolucionó cuando el hombre se volvió sedentario de la mano de la agricultura. Por eso suelen ser personas más sensibles, organizadas y cooperativas.

A nivel alimentación, son los primeros "vegetarianos". Las proteínas enlentecen su metabolismo, y los lácteos tampoco son beneficiosos para ellos ya que les provocan una reacción insulínica muy fuerte.

Tipo B

Este tipo de sangre se caracteriza por ser propio de personas creativas, flexibles y con mejor respuesta al estrés. Coincide con el momento en que tanto los climas como las poblaciones se modifican.

A nivel alimenticio, consumen lácteos, y deben evitar los cereales en exceso, al igual que el tipo 0. 

Tipo AB

Éste es el tipo de sangre más reciente (hace más de doce siglos no existía) en la línea de la evolución, siendo una "fusión" entre el tipo A y el B.  Se caracterizan por ser altamente sensitivos.

En general, tienden a la hipoglucemia y deben evitar el trigo. Se recomienda que consuman  vegetales varias veces al día y preferentemente orgánicos. Además, suelen ser intolerantes a las frutas ácidas.

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