Si eres de los que disfrutan tomar una cerveza con amigos un fin de semana o después de un día difícil de trabajo, quizás alguna vez te hayas preguntado si es mejor comprar las que vienen en envase retornable, o las de latas, o si es preferible elegir una cerveza tirada artesanal.

Si nunca te lo has preguntado, no importa, ¡puede ser ahora el momento! 

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En sí, la cerveza es una bebida alcohólica que se fabrica con granos de cebada germinados (también pueden ser otros cereales), y cuyo almidón se fermenta en agua con levadura que luego, también se aromatiza con lúpulo u otras plantas. Por todo este proceso, no es tan sencillo decir qué opción es la mejor, o más sustentable. Depende qué tengamos en cuenta.

Envase

Si tenemos en cuenta el envase, la mejor opción es la cerveza artesanal. Porque no hay “packaging” de por medio. Pero, si la que bebemos es de producción industrial, entre envase retornable y lata, la mejor opción en principio es la retornable, ya que tiene un ciclo de vida más largo. Si bien el coste del reciclaje es más alto para el vidrio que para el metal, la botella de vidrio ofrece una reutilización del recipiente que no puede ofrecer la lata una vez abierta.

Sin embargo, otro dato interesante que complejiza la decisión es que el aluminio es un metal 100% reciclable, es decir, se puede reciclar indefinidamente sin que por ello pierda sus cualidades. 

El 75% del aluminio producido en 100 años se encuentra todavía en uso gracias al reciclado. Por ejemplo, al reciclar el aluminio se ahorra hasta un 95% de la energía que se gastaría para producirlo nuevo. También se evitan un 95% de emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero.

Agua

Si es por su huella hídrica (indicador que define el volumen total de agua dulce usado para producir los bienes y servicios producidos por una empresa, o consumidos por un individuo o comunidad), hay que tener presente que el agua representa entre un 85 y 92% de la composición de la cerveza. Es decir que para producir 100 litros de cerveza se gastan 324 litros de agua.

El 90% del impacto hay que buscarlo en la parte agrícola del proceso (cultivo de lúpulo, cebada y otros "ingredientes" cerveceros); la fabricación, en sí misma, significa solamente un 1 ó 2 % de la huella. En ese sentido, la cerveza artesanal es mejor porque su producción es a menor escala. Es más sustentable porque no utiliza agroquímicos, y no llega conservantes ni aditivos como la cerveza industrial. Además, con en cuanto a los barriles, el gasto de agua para su limpieza es muy poco comparado con el que se emplea en las fábricas.

Transporte
 
Si tenemos en cuenta el transporte y el almacenaje, la lata es menos frágil que el vidrio y menos pesada. Pero el metal es más térmico, con lo que se enfría y se calienta más fácilmente haciendo más difícil su almacenaje a temperaturas altas y más fácil en las bajas. A su vez, con las latas se obtiene mayor transporte de líquido en el mismo espacio.

Empleo

Si hablamos de trabajo, en las microcervecerías o pequeños fabricantes muchas partes del proceso son realizadas de forma manual (adición de grano y lúpulo, lavado de los instrumentos, etc). En el caso de las cervecerías industriales, la mayoría de las etapas están automatizadas y las cantidades y química de los elementos están controlados minuciosamente. Las cervecerías industriales buscan bajar costos, aumentar ventas y posicionar marcas, aunque las artesanales también pueden hacerlo: en ese caso, la única forma de saber qué tan buenas son las condiciones de trabajo de quienes fabrican determinada cerveza es investigando cada marca en particular.

¿Alguna vez habías pensado en estas cosas? ¿Cuál crees que es entonces la mejor opción?