A las 10:08 de la noche del domingo 1 de octubre un hombre solo, armado con un rifle automático, disparó “cientos de veces” contra los asistentes de un concierto gratuito de música country en Las Vegas, Nevada, según informan a la BBC algunos de los testigos.

El hombre fue identificado como Stephen Paddock, de 64 años. Paddock abrió fuego desde el piso 32 del Hotel Mandalay Bay, que se encuentra diagonal al lugar del evento. Según informa la policía local, posteriormente se suicidó, aunque algunos informes iniciales indicaron que había sido abatido por las autoridades.

El ataque dejó un saldo de 50 muertos y 500 heridos, el peor en la historia reciente de los Estados Unidos. Este estimado fue preliminar, ya que las autoridades han informado que hay 14 heridos en estado crítico.Estado Islámico se atribuyó el ataque, según informó Reuters Latinoamérica en su cuenta de Twitter, aunque eso mismo luego fue desmentido por el FBI. 

La avenida principal de Las Vegas, conocida popularmente como “The Strip”, ha sido parcialmente acordonada por el policía. Algunos vuelos fueron cancelados y ciertos establecimientos cercanos al lugar de los hechos han cerrado sus puertas temporalmente.

El cantante Jason Aldean, que se encontraba en el escenario cuando empezó el tiroteo, expresó su horror en su cuenta de Instagram.Este evento aviva nuevamente la polémica del control de armas en Estados Unidos, es decir, como la falta de controles estrictos permite indirectamente que tragedias como esta sigan ocurriendo. 

En particular, el estado de Nevada tiene una de las leyes de control de armas más permisivas de todo el país: los ciudadanos pueden portar armas sin estar registrados como propietarios y la ley no prohíbe los rifles de asalto.
 
Ahora solo queda apoyar a las víctimas y sus seres queridos, y hacer todo lo que cada uno pueda, desde su lugar, por la paz, mientras esperamos a que las autoridades trabajen para evitar que algo similar vuelva a ocurrir.