Hace muy poco tiempo atrás, se conoció la noticia de que una enorme masa de hielo de aproximadamente 5 mil kilómetros cuadrados se desprendería tarde o temprano de la Antártida. Era un final anunciado: una grieta veía profundizándose cada vez más en el hielo de la región conocida como "Larsen C", dentro de la extensa plataforma congelada en la costa de la península Antártica; pero a partir del 2014 el proceso se había visto acelerado.  Desde enero a junio de este año, la longitud de la grieta de Larsen C aumentó en más de 200km. 

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Ahora, un satélite estadounidense (Aqua MODIS de la NASA), al sobrevolar la región, confirmó que la masa de hielo cuyo tamaño triplica la ciudad de México y cuyo peso se estima en un billón de toneladas, finalmente se desprendió. Se cree que podría recibir el nombre de "A68" y que estaría entre los 10 mayores icebergs de la historia. Había estado unida al continente por un  hielo de 4,5km de ancho, hasta que finalmente, entre el 10 y el 12 de julio, se resquebrajó totalmente.

De acuerdo a expertos de un grupo de investigación británico llamado Midas, el desprendimiento habría ocurrido entre el lunes y miércoles, dando como resultado más de 5 mil kilómetros cuadrados de hielo separados de la plataforma. 

¿Qué será del iceberg ahora?

Por un lado, se trata de la pérdida de una enorme reserva de agua dulce, porque tarde o temprano posiblemente se diluirá en el mar.

Según los expertos: "El iceberg es uno de los más grandes que se tenga registro y su progreso en el futuro es difícil de predecir. Puede mantenerse en una pieza, pero es posible que se rompa en fragmentos", señaló Adrian Luckman, el investigador que coordina el equipo.

La enorme pieza de hielo se encuentra a la deriva en el mar de Weddell, ubicado dentro del Océano Antártico,  a merced de las corrientes oceánicas. Según se calcula, podría durar décadas.

Con el desprendimiento, la región Larsen C quedó en la menor extensión registrada hasta ahora en la historia; y la Antártida no se verá igual habiendo perdido más del 12% de su superficie de hielo.  

Por otro lado, las masas flotantes de hielo podrían actuar deteniendo y frenando el flujo de los glaciares que se alimentan de él.

En cuanto al aumento del mar, los expertos señalan que este desprendimiento por sí solo no  se traducirá directamente en su suba, pero al mismo tiempo afirman que: "Tendremos que esperar años o décadas para saber qué pasará con el resto de Larsen C". 

Seguramente, con la inestabilidad de los hielos del mundo, podrían formarse nuevos icebergs a corto o a medio plazo.

Para saber más puedes leer el comunicado de Midas completo (en inglés) aquí.