La deforestación es uno de los grandes dramas que hoy vive nuestro planeta gracias a la intervención de la mano del hombre sobre la naturaleza.

La tala indiscriminada para obtener madera, el arrasamiento de los pulmones del planeta como el Amazonas para reemplazarlos con monocultivos, los incendios forestales intencionados o causados por el cambio climático, y la desaparición o transformación de ecosistemas por el cambio climático en sí son algunas de las causas por las cuales las zonas que eran verdes hoy son desérticas.

Sin embargo, ante ese panorama desolador, algunos grandes proyectos exitosos de reforestación demuestran que también a veces es posible que el hombre arregle lo que dañó. Conoce los proyectos de reforestación más impactantes de la historia.

1. El desierto de Gobi

desierto de Gobi

El desierto de Gobi es uno de los problemas que más preocupa a los mandatarios chinos. Está situado en el norte del país y es uno de los más áridos de Asia. 

Por eso, en 1978 se decidió construir "la otra muralla china": una barrera verde de árboles, un gigantesco muro que cercaba el desierto, que hasta ese momento ganaba 3.000 kilómetros de superficie anuales. 

China llegó a replantar unos 500.000 kilómetros cuadrados de verde, aunque esta muralla no estuvo a salvo de las críticas, ya que algunos expertos creen que sus efectos sobre la biodiversidad de la región son muy negativos.

2. Reforestación de Filipinas

filipinas

El programa nacional de reforestación de Filipinas, introducido por el gobierno asiático en 2011, tuvo el objetivo de plantar 1.500 millones de árboles en 1.500.000 hectáreas. Durante la década anterior, el archipiélago había perdido masa forestal a un ritmo de 47.000 hectáreas por año.

Desde la implantación del programa, uno de los más extensos y notables del mundo, Filipinas no solo ha recuperado sus árboles perdidos, sino que los ha multiplicado.

Sin embargo, se le ha criticado la elección de especies: de rápido crecimiento, pero exóticas y ajenas al ecosistema.

3. Recuperación de Madagascar

madagascar

Durante décadas, Madagascar fue arrasado por los usos extensivos de la tierra, la quema de madera, la tala sistemática y la contaminación.

Así, el hombre redujo la masa arbórea original de Madagascar al 10%. Sin embargo, desde 2007, la acción de organizaciones no gubernamentales ha permitido recuperar parte del terreno perdido. Se han plantado alrededor de 80 millones de árboles a lo largo de la isla, recuperando parajes y ecosistemas y generando, además, puestos de trabajo gracias al plan.

4. Corea del sur: reforestación de posguerra

corea del sur

La guerra es probablemente el drama más grande al que los humanos se someten ellos mismos. Pero también es un drama para la naturaleza que a su paso queda devastada.

La ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, la posterior guerra civil y el uso intensivo de la tierra para satisfacer las necesidades de una economía aun agrícola habían dejado a Corea del Sur casi sin bosques.

Tras los conflictos, la reforestación logró recuperar las masas forestales del país, aunque el esfuerzo demoró alrededor de medio siglo. Hoy, alrededor de dos tercios de Corea del Sur son bosques.

5. La Mixteca mexicana

Mixteca

La historia de La Mixteca, en México, se enmarca dentro de las diversas actuaciones del Centro de Desarrollo Integral Campesino.

Anteriormente, la región había sufrido una alta degradación del suelo dados los usos económicos (pastoreo) y la pobre utilización del terreno, que llegaron a convertirla en un páramo desértico.

Actualmente, entre otras actuaciones orientadas a la sostenibilidad de su agricultura, el proyecto ha plantado más de cuatro millón de árboles desde los ochenta (pino y aliso), reverdeciendo el área.

6. Recuperación de los montes Apalaches

apalaches

La minería es otra de las actividades humanas que destruye bosques, junto con la agricultura. Los montes Apalaches, en la costa este estadounidense, fueron durante siglos fuente de riqueza minera, contribuyendo a espolear el crecimiento industrial de Estados Unidos pero degradando esa riqueza natural.

Desde 2005, la Appalachian Region Reforestation Initiative, formada por distintas organizaciones conservacionistas, ha plantado más de 60 millones de nuevos árboles en 35.000 hectáreas.

Luego de la experiencia del muro del desierto de Gobi, un largo número de países subsaharianos se decidió a plantar una gigantesca barrera arbórea que frene la grave desertificación del África y que permita a miles de comunidades locales seguir viviendo de su suelo.

El muro tendría unos 7.000 kilómetros de largo y unos 20 de ancho, e intentaría impedir al desierto del Sáhara seguir ganando terreno hacia el sur.