James Rhodes es un pianista inglés de 42 años cuya vida, a pesar de las terribles dificultades, es una gran historia de superación.A pesar de haber nacido en un barrio privilegiado de Londres, la infancia de James fue profundamente difícil: entre los 6 y los 10 años fue abusado sexualmente de forma repetida por el que entonces era su profesor de gimnasia, en un cuarto sin ventanas de la escuela.

Estos eventos dejaron en James cicatrices tanto físicas como emocionales, y lo condenaron a una vida adulta repleta de problemas: tic mentales y físicos, abuso de alcohol y drogas, autolesiones, tratamientos psiquiátricos, ansiedad y un intento de suicidio.

“Todavía me siento culpable gran parte del tiempo” confiesa James en un reportaje de la BBC. Esta frase que resume el conflicto emocional con el que ha lidiado toda su vida. Pero a pesar de los desafíos, James dice haber encontrado la salvación en la música.

“Bach me salvó la vida” dijo refiriéndose a uno de los compositores más respetados de la historia. “La música fue una prueba definitiva de que el mundo no era 100% horrible”. Además, declara con optimismo que amar la música “Era como tener un superpoder”. Luego de trabajar durante años en un importante banco de Londres, James decidió renunciar y divorciarse de su entonces esposa, para dedicarse por completo a su música. 

Ha sido un camino arduo, pero hoy en día es uno de los pianistas más reconocidos del mundo, tiene 7 álbumes y desde 2010 tiene un contrato con Warner Bros Records, una de las discográficas más importantes del mundo. Por si fuera poco en 2015 publicó "Instrumental: Memorias de medicación, música y locura", el libro en que describe su lucha y superación.

Para James, la música es su vida y la razón por la que hoy es quien es. "Es un sueño hecho realidad. Adoro cada minuto".