En las últimas semanas, América del Norte y el Caribe han sufrido el castigo de varios desastres naturales que ya se posicionan entre los más destructivos de la historia de la región. Por el Caribe pasaron dos huracanes categoría 5 y en México se dieron tres terremotos en poco tiempo, dejando más de 200 muertos.

Sin embargo, todo indica que el peligro no ha pasado y que en el futuro algo mucho peor puede pasar. Nadie sabe cuándo (podría ser en miles de años, los terremotos no pueden predecirse), pero sí algunos se atreven a predecir dónde: la falla de San Andrés. Se trata de una falla de aproximadamente 1300 kilómetros de largo que atraviesa parte de California en Estados Unidos y Baja California en México.

La razón por la que la falla es tan peligrosa es porque es el punto de encuentro de dos placas tectónicas, la americana y la del Pacífico. En caso de que alguna de las placas se deslice inesperadamente, se calcula que el resultado sería un terremoto de al menos 8.2 que sería catastrófico para la ciudad de Los Ángeles y demás ciudades con alta densidad de población.

Se calcula que un hipotético terremoto ocurrido alrededor de la falla de San Andrés causaría cerca de 1.800 muertos entre incendio, edificios destruidos y accidentes de transporte. Ya en 1906 se dio un terremoto en la Bahía de San Francisco que dejó 3.000 fallecidos. 

De nuevo, nadie sabe cuándo ocurrirá, pero el hecho de que lleva tanto tiempo sin estar activa es un indicio de que está acumulando una gran cantidad de energía, que podría ser liberada en cualquier momento.