¿Quién de pequeño no soñó alguna vez con visitar el espacio exterior? Con solo voltearse en el césped a mirar las estrellas, descubrir un planeta centelleante o aprender a usar un telescopio, un mundo desconocido y sorprendente se despliega hacia arriba con todo su misterio, despertando la curiosidad y las ansias de experimentación.

Ése fue el caso de Jack Davis, un niño norteamericano de 9 años que al conocer que la NASA estaba en la búsqueda de un nuevo director de protección planetaria, decidió postularse. Y así lo hizo.

Tomó su lápiz y el pulso no le tembló cuando redactó su carta de presentación a un puesto de un sueldo de más de 100 mil dólares al año. En ella, se describió a sí mismo como un "Guardián de la Galaxia" y no dudó en decir que para él, la edad no era un problema: "Puede que tenga nueve años, pero creo que encajaría en el puesto. Uno de los motivos es que mi hermana dice que soy un alien". Y para remarcar su interés agregó: "Soy chico, así que puedo aprender a pensar como un   extraterrestre".  

También explicó que vio muchas películas sobre el espacio y los aliens, así como otros programas como Marvel Agents of S.H.I.E.LD. 

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Para sorpresa de Jack, ¡la NASA respondió a su carta! Jim Green, director de la División de Ciencia Planetaria le contestó: "Escuché que sos un "Guardián de la Galaxia" y que estás interesado en convertirte en el director de protección planetaria de la NASA. ¡Eso es genial!".

Además de animarlo, le explicó al niño que el puesto es para proteger a la Tierra de los microbios que pueden estar en las muestras que traen de la Luna, de asteroides o de Marte, así como también para proteger a otros planetas y satélites de nuestros propios gérmenes. Es decir, evitar que los astronautas traigan consigo contaminantes biológicos del espacio de al regresar a la Tierra, y viceversa.

"Siempre estamos buscando científicos e ingenieros con futuro para ayudarnos, así que espero que estudies mucho y que te portes bien en el colegio. Esperamos verte en la NASA un día de estos", concluyó Jim, alentando al niño a seguir el camino que sus sueños ya han comenzado a marcar.

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Y tú, ¿con qué soñabas de pequeño? ¿Lo persigues aún?

No dejes que tus sueños se queden dormidos en tu infancia. Que un niño aplique para la NASA nos emociona, anima y llena de alegría. Pero más allá del puesto de una guardia, al crecer, también podemos cuidar nuestra Tierra día a día, desde lo más pequeño. No hace falta viajar en una nave espacial para hacer algo por nuestro planeta. En el aquí y ahora, a nuestro alrededor, tenemos mucho por hacer. Ésa es una manera de nunca renunciar al sueño compartido de hacer del mundo, un mejor lugar.

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Nota por Sofía Luppo