“Nunca es tarde para cumplir los sueños”, pensó Cándida “Kandy” GarcíaSantos cuando, luego de jubilarse a los 66 años decidió emprender la aventurade su vida: salir a recorrer el mundo.  

Kandy nació en Iscar, unpueblo en la provincia española en Valladolid.Aunque se dedicó a la abogacía, cuando tenía 20 años fue con sus padres a SanSebastián, donde trabajar en un camping y conocer a viajantes de todo elmundo sembró en ella la semilla de un sueño que no se resignaría a dejar en laimaginación. 

abuelita mochilera- kandy

Solo  con una mochila en su espalda, Kandy viajó a Argentina, donde comenzó su viaje de mochilera. Desde allí llegó a Ushuaia (al sur), siguió por Centro América, Estados Unidos, y continuó por Nueva Zelanda, Australia, Hong Kong, Vietnam, Camboya, Tailandia, Nepal y la India.

Nueve meses después regresó a su casa, cansada pero con la convicción de haberse lanzado a su deseo más profundo. “Cada día es una sorpresa. Sabes lo bonito que es levantarte y decir:  "Hola mundo, ¿qué me tienes preparado hoy? (…) Una vida es libertad. Yo siempre me imagino que soy un pájaro volando. Me paro en este árbol y luego me voy a otro. Eso es lo más bonito”, señala Kandy sobre la experiencia de viajar. 

abuelita mochilera- viajes

Hoy, con 81 años, ha publicado un libro con sus experiencias de viaje (“Abuelita mochilera”) y continúa viajando, firme en su deseo de seguir conociendo cada rincón del mundo, sus paisajes, sus historias, y su gente.

abuelita mochilera- viajar jubilado

A todos los que aun están dudando si ir en busca de sus sueños, Kandy les dice: “El miedo no existe, son solo limitaciones que nosotros mismos nos ponemos. No creo en las palabras de Calderón de la Barca de que: “los sueños, sueños son”. No, los sueños, cuando realmente los deseas con fuerza, un día se convierten en realidad”.

Y agrega: “Mis palabras favoritas son las que un día dijo Teresa de Calcuta: “Cuando no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa un bastón, pero nunca te detengas, porque siempre hay que recordar, que es mejor cansarse que oxidarse”.

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Y tú, ¿qué tipo de viajero eres