¿Soñaste cuando eras un niño con tener un gran castillo? Es es el sueño de muchos pequeños, pero cuando crecemos aprendemos que no es posible. Entonces tan solo nos conformamos con una casa bella.

Pero algo diferente está pasando en Italia: ahora, quienes siempre han querido tener un gran castillo pueden cumplir su sueño. Italia está "regalando" castillos antiguos. En verdad, lo que está haciendo el gobierno es cederlos por 9 años, con la posibilidad de extender el permiso por 9 más. 

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¿Qué espera el Gobierno Italiano que se haga con esos castillos? Los antiguos edificios no se prestan para vivir. La idea es que sean adquiridos por jóvenes emprendedores con un objetivo: convertirlos en sedes del turismo sustentable, para protegerlos, así, del actual maltrato que los turistas les dan.

¿Qué ocurre actualmente en las ciudades europeas? Un nuevo boom del turismo dio lugar a algo que ha sido llamado "síndrome de Venecia": un nombre para agrupar en él todos los efectos que el turismo masivo tiene en esa ciudad, y en muchas otras.

El tránsito de pasajeros todo el tiempo, su acceso constante a instalaciones históricas, la basura que dejan y el desconocimiento con que tratan a las obras arquitectónicas y a los paisajes naturales, están haciendo que el atractivo de algunas de ellas se pierda, y algo aún peor: que se pierda su irrecuperable valor histórico. 

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Algunas ciudades, por ese motivo, han comenzado a "combatir" el turismo. Es el caso de Berlín, que está poniendo trabas al alquiler de pisos para turistas, o de Barcelona, que ha creado un sindicato de inquilinos contra el abuso de las inmobiliarias que prefieren alquilar a turistas a un precio mayor.

Italia, por su parte, ha decidido atacar el problema de manera curiosa. No se propuso eliminar el turismo de sus ciudades, sino apostar al turismo sustentable, una solución que posiblemente deje más satisfechos a todos.

Entonces, el Gobierno italiano está cediendo el derecho de uso de 103 edificios históricos con una sola condición: quien se los quede deberá convertirlos en templos del slow tourism o turismo sostenible.

La filosofía slow viene del movimiento slow y pretende que el viajero, en lugar de llegar y abandonar rápidamente las ciudades en una carrera por fotografiarse con la mayor cantidad de monumentos posibles, se instale y disfrute su estadía como si fuera un ciudadano local más. Comprando en los negocios locales, comiendo la comida típica, durmiendo en casas sencillas (nada de lujosos hoteles), y sobre todo, acercándose con respeto a lo que le da a las ciudades su valor.

El objetivo de la medida, entonces, es aliviar la superpoblación de turistas en las zonas más famosas del país y promocionar destinos menos conocidos. Hay 103 monasterios, castillos, palacios y antiguas granjas disponibles para ser transformados en hoteles sostenibles. 

Se encuentran a lo largo de todo el país, en carreteras y rutas de ciclismo poco conocidas. Y uno de los detalles más curiosos de la propuesta es a quien está dirigida: no podrán ser dueños de cadenas hoteleras ni grandes empresarios, sino que quienes se hagan cargo de los edificios históricos tendrán que ser jóvenes emprendedores de menos de 40 años. Tienen tiempo hasta el 29 de junio para presentar una propuesta.

¿Te gustaría visitarlos cuando todo esté listo?