Los plaguicidasson compuestos químicos con un objetivo único, matar. Parece exagerado, perobasta con ver el término genérico de los plaguicidas, biocida, que literalmentesignifica “matador de vida”, para intentar entender uno de los productos máscontroversiales de los últimos años.  

Es cierto que sinplaguicidas complejos, la agricultura no habría podido crecer al ritmo en quela humanidad lo necesita hoy, pero aunque en los años ochenta, los químicos queeliminaban plagas fueron vistos como revolucionarios, poco a poco la realidadfue descubierta.  

plaga

Los plaguicidas son una solución temporal que realmente crea más problemas: eliminan plagas, pero también las hacen más resistentes y a veces imposibles de controlar, contaminan los alimentos con otras sustancias que pueden ser nocivas para la salud, hacen que la tierra en la que son regados se convierta en una zona infértil en poco tiempo y mucho más.  

Sin embargo, la agricultura existe desde hace miles de años y durante mucho tiempo nuestros antepasados sembraron y cosecharon a través de plaguicidas naturales, tal vez es momento de volver la cabeza al pasado y aprender de ellos.   

La vaquita de San Antonio

catarina

Uno de los plaguicidas más eficientes, por lo menos en huertos urbanos y pequeños, es la vaquita de San Antonio, también conocida como mariquita o catarina. Este pequeño insecto negro cuyas alas pueden ser naranjas, rojas o amarillas y que mide entre 2 o 10 mm, es un plaguicida natural que tiene una capacidad depredadora impresionante.  

A lo largo de su vida, la vaquita de San Antonio puede devorar entre cuatro y ocho mil insectos. Logra esto al poner huevos en grupos sobre las hojas, sólo pasan entre tres y diez días para que las larvas salgan y comiencen su proceso evolutivo sobre las hojas, tallos, paredes y hasta rocas. Al finalizar el ciclo nace una vaquita de San Antonio madura, pero lo increíble es que desde que era una pequeña larva, ya estaba alimentándose de pequeños insectos que podrían ser considerados plagas.  

comer

Los coccinélidos, que es su nombre real, han vivido en nuestro imaginario durante décadas como símbolo de buena suerte y en algunas regiones, de amor. Usando girasoles o margaritas para atraerlas puedes reforzar esa imagen de belleza y buena suerte en tu jardín. Las primeras plantas son ricas en aceite y las segundas en néctar, dos nutrientes que realmente las ayudan a sobrevivir.

La vaquita de San Antonio es mucho más que un símbolo de buena suerte, puede mejorar tu huerto sin necesidad de usar plaguicidas que poco a poco matan las plantas, la tierra y hacen que las plagas sean más y más resistente.    

No es casual que digan que trae buena suerte. Y si lo ves por tu casa, no tienes que hacer más que intentar que se queden. El huerto o simplemente tus plantas te lo agradecerán.