Es un hecho que cada mujer tiene al menos una historia de horror que contar y el antagonista es, muchas veces, un hombre generalmente con algún tipo de autoridad.

Este fue el comienzo del caso de Maru Monj, quien visitó la oficina de la Dirección General de Licencias para Conducir, en Buenos Aires, para renovar su licencia, y quien luego logró la destitución del cargo del médico tras la denuncia oficial por violencia de género.

Pero lo que debería haber sido un asunto sin mayor complicación, resultó en un terrible y desagradable momento. Los primeros exámenes del proceso sucedieron de manera normal, hasta el último paso que resultó ser una experiencia verdaderamente desagradable.

El maltrato que sufrió la joven mujer va desde insultos a su apariencia, instrucciones de cómo debe vestirse para verse más atractiva y cuantos hijos deberia tener, insinuaciones de que debería dejar su trabajo dado su género y tantos otros tipos de acoso que desafortunadamente muchas mujeres están acostumbradas a recibir en su día a día. Lo que, claro, no los hace menos repugnantes, pero son parte de su realidad.

Al compartir su expeciencia en Facebook, Maru recibió el apoyo de usuarios en las redes sociales, tanto mujeres horrorizadas y empáticas en su mayoría, como hombres avergonzados de su género, manifestaron su opinión.

La larga y detallada publicación de Facebook que hizo ha recibido el apoyo de usuarios en las redes sociales, tanto mujeres horrorizadas, pero empáticas, como hombres avergonzados de su género. El apoyo que ha recibido Maru desde el género masculino puede hacernos concluir que “no todos los hombres son sexistas”.

Ciertamente, eso es un hecho, no todos los hombres toman parte en la violencia y el acoso que sufren las mujeres del mundo a diario. Pero no se debe negar que todos los hombres, sin importar su opinión sobre el feminismo, reciben ciertos beneficios de un sistema que los favorece. 

Tienen un cierto “poder” solo por haber nacido hombres y es este poder el que les permitió a los dos doctores abusar de esta joven como lo hicieron, alargando una entrevista incómoda, para luego simplemente dejar seguir en su camino a los hombres que atendieron luego de ella. En sus ojos, ellos merecían respeto; ella no. 

El sexismo es un problema que incluye no solo a las mujeres que lo sufren, sino también a los hombres que lo perpetúan, pero también a aquellos que lo desaprueban y no se le oponen directamente.