En una caja de estaño, envuelto en papel y en perfecto estado encontraron un pastel en un refugio en la Antártida. Por lo antiguo del refugio, construido en 1899 y usado en otras oportunidades, se sabe que el pastel tenía 106 años guardado en esa caja.

La caja en sí estaba desgastada pero la baja temperatura ha mantenido al pastel en buen estado.Fue descubierto por un grupo de científicos de Nueva Zelanda y compartido en Facebook por medio de la página oficial de la fundación Antarctic Heritage, que conserva artefactos relacionados con la historia del frío continente. 

Se estima que el pastel debió pertenecer a Robert Falcon Scott, un explorador británico que lideró dos expediciones a la zona alrededor del año 1911. El pastel fue preparado por Huntley & Palmers, y se tienen otros registros de que el explorador prefería esta marca, lo que confirma su origen.

El pastel es solo uno de los más de 1.500 artefactos que luego serán trasladados al Museo de Canterbury, en Inglaterra, para su conservación. Según el comunicado en Facebook, por su olor y apariencia, el pastel está casi comestible. Aunque no se sabe si alguien lo va a comer finalmente o no, nada malo le pasaría a quien lo hiciera.

¿Te sorprende?