Aunque una historia de dominación e imposición cultural ha hecho que la medicina occidental sea uno de los saberes más consensuados del mundo, los pueblos originarios que habitaron las tierras del mundo antes de las conquistas, también se enfermaban, pero respondían a ese desequilibrio de una manera diferente.

En la provincia de Neuquén, Argentina, el 8% de la población es mapuche, uno de los pueblos originarios que habitan Chile y este país, desde antes de la llegada de los españoles. Eso quiere decir que 8 de cada 100 personas se reconoce como originario y, con ello, reconoce y practica su cultura. Pero, al momento de algo tan importante y crítico como un problema de salud, los originarios precisan atención, y no quieren renunciar por eso a sus creencias.

Por eso, en la provincia se decidió articular las culturas que ya conviven en la vida cotidiana y dar vida a un hospital intercultural, que tiene como referencia las experiencias en salud intercultural de Chile, donde la medicina pública tradicional y la medicina mapuche se conjugan.

El primer hospital con médicos y curanderos mapuches- Ruca Choroy

El centro se llamará “Ruca Choroy”, como un espejo de agua que se encuentra en la provincia, y allí médicos, científicos y curanderos tradicionales trabajarán juntos, poniendo a prueba la convivencia, el intercambio, el respeto y la valoración mutua.

De esta manera, quienes no adhieren a los principios de la medicina occidental podrán contar con una ceremonia religiosa o recibir los preparados naturales a los que acostumbra su pueblo.

“Es el producto de 15 años de experiencia junto con estas comunidades Mapuches. En ese camino nos acercamos a una relación entre la biomedicina y la medicina mapuche. Cada una con su valor y sus técnicas. La idea es que se aprovechen ambas”, señala Fabián Gancedo, médico del hospital de Aluminé.

El primer hospital con médicos y curanderos mapuches- intercultural

El diseño del hospital tiene una forma de medialuna con una superficie de 522 metros cuadrados y funcionará en el paraje Epu Pehuén (territorio de las Comunidades Mapuches Aigo y Hienguehiual). Como comenta Fabián: “Habrá un lugar para hacer fogones, para los curadores mapuches, los componedores de huesos, para los yerbateros, y un espacio ceremonial para el machi, la máxima figura de la ceremonia curativa mapuche” porque, como también señala: “La biomedicina no alcanza a suplir las necesidades de salud de la comunidad, dejando de lado otros aspectos que sí son considerados por la medicina mapuche como la familia, el pasado y el ambiente”.

Su creación se enmarca legalmente en el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que señala el respecto al derecho de los pueblos originarios a ser consultados para ajustar los parámetros de atención médica a sus tradiciones y cultura.

El primer hospital con médicos y curanderos mapuches- neuquén

Al respecto de la visión mapuche, Lorenzo Loncón, “werken” (mensajero) de la Confederación Mapuche Neuquina y lawentuchefe (especialista en plantas curativas) señala que: “La concepción de la medicina occidental es separar todo, al hombre de la naturaleza, a la cultura de la naturaleza. Y para nosotros es una unidad. La medicina milenaria ha demostrado que si es natural es mucho mejor que una combinación química o sintética. Y además, si todas las culturas somos diferentes, también la medicina tiene que ser apropiada a cada cultura y tiene que haber disponibilidad. La naturaleza nos brinda eso: que sea algo que está cerca de la gente y que si vos la cuidás, la naturaleza te cuida a vos”.

El primer hospital con médicos y curanderos mapuches

A fines del año pasado, el ministerio de Salud de Neuquén garantizó la continuidad de este proyecto que nació en el 2008 y que pronto abrirá sus puertas a toda la comunidad, convirtiéndose en un ejemplo de trabajo conjunto entre dos culturas diferentes y en una posibilidad de que los mapuches sean reconocidos y puedan volver a empoderarse de sus conocimientos.