Aterrizar en el aeropuerto de las Islas Galápagos significa arribar al primer aeropuerto ecológico y sustentable del mundo. Construido en el año 2012, el Aeropuerto Ecológico Galápagos, conocido formalmente como Aeropuerto Seymour, fue creado a partir de una estrategia de diseño ecológico nunca vista antes en ninguna otra terminal.

Esta nueva construcción optimiza el uso de energía, iluminación y consumo de agua. Además, incorpora materiales ecológicos y reutilizados a la construcción. Una de las características más impactantes es que el Aeropuerto Ecológico Galápagos funciona al 100% con energía renovable (solar y eólica), que sale en un 35% de paneles fotovoltaicos ubicados en las caminerías de la terminal. El 65% restante es generado por molinos eólicos estratégicamente ubicados en la zona adjunta al aeropuerto.  Este parque eólico fue realizado por el gobierno de Ecuador.

Los materiales que se usaron en la obra fueron seleccionados bajo criterios de disminución del impacto ambiental en el entorno. Se usó piedra volcánica de la isla como revestimiento de los muros externos de la terminal, para que el mismo se complementara con el entorno. La madera y las estructuras metálicas fueron reutilizadas y recicladas de la antigua terminal, como por ejemplo en los locales comerciales, que fueron elaborados enteramente con este material recuperado.

Gran parte de las piezas y muebles del aeropuerto tienen certificación ambiental en madera y fueron hechas con materiales de fuentes responsables. En cuanto a su elaboración, la misma es sostenible y amigable con el medio ambiente. Además, el aeropuerto cuenta con una planta desalinizadora propia. En ella, el agua desalinizada ingresa en la terminal y una vez que se usa, se recolecta, se le da tratamiento y se la recicla, para evitar generar agua residual al mismo tiempo que se ahorra agua. Prácticamente toda el agua se recupera, se trata y se reutiliza para evitar todo tipo de desecho de este importante recurso.

Tanto la ventilación como la estructura del aeropuerto están calculadas para aprovechar la energía y el potencial de la naturaleza, al mismo tiempo que cumplen con los requisitos internacionales en materia de seguridad. Por todas estas razones y más, no es casual que haya obtenido la más alta certificación que existe en la actualidad para reconocer a las construcciones sustentables, por parte del U.S. Green Building Council (Consejo de la Construcción Sustentable de Estados Unidos).

A este avance en el ámbito aeroportuario y de la construcción, se suma el hecho de que se haya realizado en un ecosistema tan sensible como es el de las Islas Galápagos, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 1979 por su enorme abundancia en flora y fauna. El Aeropuerto Ecológico Galápagos es una razón más para conocer la vasta riqueza que ofrece la Isla, sus playas de aguas cristalinas, su gente y su belleza natural.

El aeropuerto Seymour expone la creciente demanda a nivel mundial de incorporar criterios de sustentabilidad en nuevos proyectos y evaluar aspectos específicos que permitan reducir los impactos ambientales del hábitat construido y proteger el hábitat natural, particularmente en sitios sensibles y de alto valor patrimonial como es el caso de las islas Galápagos. Fue pensado, diseñado y construido en su totalidad como una edificación sustentable, con el objetivo de convertirse en lo que ya es: el Primer Aeropuerto Ecológico del Mundo.