¿Alguna vez tehas preguntado acerca de la naturaleza de tus decisiones? Creemos que somosseres completamente racionales, que sabemos dejar el instinto y lossentimientos de lado cuando debemos considerar grandes decisiones, que somoscapaces de sólo ver las cosas de forma abstracta para entender los beneficios ysacrificios por venir. 

Parece que todoeso es incorrecto. Según los estudios que llevaron al Daniel Kahneman a ganarel Premio Nobel de Economía en 2002, nuestro cerebro no trabaja de acuerdo anuestra voluntad y las decisiones que tomamos, siempre están afectadas en granparte por nuestro yo emocional. 

cerebro

El estudio de la irracionalidad humana es el trabajo de dos vidas completas, la de Daniel Kahneman y la de su compañero Amos Tversky, quien murió en 1996 y quien de seguir vivo en 2002 habría ganado el Nobel junto a él y es que hay quienes consideran sus propuestas tan revolucionarias como las de Galileo o Darwin.  

Según el libro “Pensar rápido, pensar despacio” que Kahneman publicó en 2011, tenemos dos líneas de pensamiento, una que nos hace tomar decisiones impulsivas, cosas que decidimos sin cerrar nuestra mente y concentrarnos profundamente, cuestiones simples, por así decirlo. Esa línea de pensamiento es la que domina a la segunda, que es la que nos lleva a pensar analíticamente, en frío y que es la que está presente durante los momentos más importantes de nuestra vida.  

pensar rápido

Llamados “Sistema 1” y “Sistema 2”, el primero usa metáforas para hacernos entender la realidad, mientras que el segundo busca entender esas metáforas. Esto es lo que es monumental en las investigaciones de Kahneman, nuestro yo analítico es subordinado de nuestro pensamiento más emocional.

“La frase tan común de 'preste atención' es muy acertada: disponemos de un presupuesto de atención limitado que podemos asignar a ciertas actividades, y si intentamos rebasar nuestro presupuesto, fracasamos. Una característica de las actividades que requieren esfuerzo es que interfieren unas con otras, lo cual explica que sea tan difícil, cuando no imposible, llevar a cabo varias a la vez.”


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El psicólogo considera que incluso el sistema 2 es perezoso y acepta las cosas en cuanto tienen un poco de sentido para él. En lugar de cuestionar hasta el último punto, en cuanto siente que tiene las cosas de su lado, se apaga y espera un nuevo problema.  

Ante esto nos queda la opción de entender nuestro cerebro. El libro de “Pensar rápido, pensar despacio” tiene muchos ejemplos de cómo nuestra mente toma decisiones y que nosotros parecemos imposibilitados para cambiar la situación, pero es conociendo estas trampas mentales que podemos hacer que el sistema 2 sea el que se imponga sobre nuestro yo emocional e irracional.  

Está en nuestra naturaleza ser irracionales, pero no por ello debemos abandonarnos a esa suerte. La educación continúa, sobre todo la de nuestro cerebro y personalidad, nos ayudará a tomar las decisiones correctas, no las que parezcan fáciles o las que nos llamen más la atención. Kahneman sabe que somos irracionales, pero es nuestro deber luchar cada día contra ese orden natural.