Con 99 años, Doreetha Daniels ha vivido muchos momentos hito en la historia del mundo: la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial, el movimiento de derechos civiles, el primer alunizaje y el auge de la era digital, entre otros.

Recientemente, Daniels se graduó de la Universidad de los Canyons en Santa Clarita, California, en un evento que ella describió como el más gratificante de su vida. Con un diploma de grado en ciencias sociales bajo el brazo, la madre y abuela se convirtió en la graduada de mayor edad en la historia de la Universidad.

Doreetha contó que quería terminar su educación para mejorarse a sí misma. Pero su viaje, que comenzó en la primavera de 2009, se ha fue forjando con dificultades personales: múltiples infartos, problemas de visión y audición y la revocación de su licencia de conducir.

Daniels también luchó para mantenerse al día en cada asignatura, desde matemáticas hasta estadística. Así fue que también se convirtió en alumna habitual del Centro de Tutoría y Aprendizaje.

"No hay mejor ejemplo de resiliencia que Doreetha Daniels, quien decidió obtener su título universitario antes de su cumpleaños número 100". Así la presentó el día de graduación la Dra. Dianne Van Hook, decana de la universidad, mientras le entregaba el título a Doreetha. Parada en el estrado dijo: "Sólo quiero dar las gracias a las muchas personas que me ayudaron y que me inspiraron para seguir adelante, y a los 99 ¡aquí estoy!"

Liz shaker, compañera de Doreetha cuenta: “Su deseo de salir de la cama cada día, de venir a la universidad y enfrentarse a los retos dentro y fuera del aula me inspiraron. Ella es realmente una mujer asombrosa que ha impactado mi vida y me siento muy afortunada de experimentar su viaje junto a ella."

Su familia, que jugó un rol importante en este proceso, se hizo cargo de que Daniels asistiera a clases, especialmente para el día de su cumpleaños número 99, el cual festejó acompañada de sus compañeros. Ellos dicen estar felices de haberse graduado con semejante ejemplo, y no son los únicos, su familia. Ella es un testimonio vivo de la frase: donde hay voluntad, hay un camino.

Como aviso a los jóvenes, Daniels aconsejó: "No te rindas, hazlo, y no dejes que nadie te desanime. Hazlo por ti mismo.”