Casi un año después de la erupción del volcán chileno Cordón Caulle –Puyehue, la inmensa cantidad de residuo de ceniza volcánica acumulada ha encontrado un propósito útil gracias a la creatividad de un grupo de arquitectos argentinos.

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Hace un año aproximadamente, la reactivación del volcán llevó a evacuar personas en la Patagonia, a declarar la emergencia agropecuaria y a cancelar vuelos aéreos. Marianela Romero Hamsa y Álvaro del Villar pudieron ver más allá de este desastre natural; se inspiraron para hacer algo útil para la sociedad. Ambos forman parte del Programa de Emergencia Volcánica  (PROEVO) y estuvieron en contacto con la catástrofe desde el comienzo.

Los arquitectos tomaron la idea original de siete salteños, entre ellos Gustavo Sorich, uno de los autores de la idea que fue patentada hace un par de años. Sorich explicó que el diseño de los ladrillos, denominado sistema constructivo de paredes por ensamble, fue desarrollado en 1999 y fue pensado para usar las cenizas del volcán Socompa.

La arquitecta Marianela Romero Hamsa expresó: “Siempre estuvimos interesados en la construcción natural y cuando cayó ceniza volcánica sobre Bariloche, lo primero que pensamos fue en la posibilidad de encontrarle el costado útil, solidario”. Romero Hamsa, que vive en Bariloche hace 5 años, contó: “Nos preocupaba la gente sin una vivienda digna. Cuando vimos la enorme cantidad de ceniza, pensamos en usarla con una máquina que fabrica bloques para construir viviendas sociales”. Probablemente hayan visto en los ladrillos originales la respuesta a su necesidad.

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El grupo que tuvo la idea en primer lugar, estuvo 12 años para crear las máquinas que producen esos ladrillos, y explicaron que el invento en cuestión tiene sello salteño. La erupción del volcán chileno Cordón Caulle –Puyehue fue tan solo la oportunidad para que otros dos arquitectos usen esa idea en favor de la situación.

Para construir con estos ladrillos no se necesita usar mezcla con cemento, ya que vienen con un sistema de encastres que permite unirlos y secarlos al natural. Son fáciles de manipular por adultos, una de las razones por la cual no hace falta contratar mano de obra. Además, los bloques incluyen espacios para cañerías y cables de luz. Algunos tienen la resistencia suficiente como para formar parte del techo. Otros funcionan como aislantes del frío patagónico.

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Tras los ensayos de resistencia, estos bloques hechos de arena volcánica y aptos para la construcción, cuentan con la aprobación del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). “Son bloques ecológicos porque no tienen cocción, que es lo que contamina el medio ambiente. Si bien salimos de la arquitectura tradicional, no por eso es una arquitectura improvisada ya que hay reconocimiento y certificaciones”, explicó el arquitecto Álvaro del Villar. La información  indica que su idea está claramente inspirada en la creación de los 7 salteños que data del ´99.

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Gracias a esta implementación, las personas en situación de emergencia habitacional podrán beneficiarse a través de la autoconstrucción. Los millones de toneladas de cenizas que cayeron del cielo y que produjeron problemas económicos y sociales, tendrán un noble propósito gracias a la solidaridad de estos idealistas y a la creatividad de sus inventores originales.

Nota: Gracias a la comunidad de La Bioguía por hacernos notar que la información de esta noticia estaba incompleta.

Fuente:

La Mañana Neuquén

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