Séneca en el siglo 2 AC intuía que: “El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios.”

Existen ocasiones en las que nos enfrentamos a la mentira y cuando eso sucede, podemos creer lo que nos dicen o puede que nuestra percepción nos alerte de que nos están engañando. Sería maravilloso poder captar las señales y percibir ese lenguaje corporal, para así comprender cuándo una persona está fingiendo y cuándo está diciendo la verdad.

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El lenguaje corporal, como el arte, expresa lo que las palabras callan, por lo tanto es necesario prestarle especial atención a lo que el cuerpo nos quiere comunicar:

El sudor:

La transpiración de la piel es una de las pruebas poligráficas para detectar la mentira. Por lo tanto, cuando alguien que miente y se siente nervioso, generalmente suda, se ruboriza, tiembla y tiene dificultad para tragar saliva. Su cuerpo se alerta de más porque siente el “peligro” de ser descubierto.

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Movimientos de cabeza:

Cuando alguien miente puede afirmar algo con palabras pero negarlo con la cabeza. Esta incongruencia refleja una falsedad en su discurso.

Nerviosismo:

Si la persona está agitada, inquieta o no para de moverse, puede ser un signo de que está ocultando algo. Como es común, la adrenalina corre más rápido por el cuerpo generando una sensación de vigilancia ante la presión.

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Anula su reflejo subconsciente:

Este reflejo es un efecto inconsciente que tienen los seres humanos. Es la tendencia a copiar el comportamiento de la persona con la que estamos interactuando. Por lo tanto, cuando alguien miente, anula este reflejo natural. Por ejemplo, en vez de inclinarse ante el interlocutor porque está interesado en comprender al mismo, esta persona se inclina hacia atrás y muestra poco interés. Tampoco copiará los gestos corporales del otro. A modo de prueba, puedes cambiar la posición de tus manos para ver si esta persona copia o no tu comportamiento.

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La garganta:

Mentir provoca adrenalina y la adrenalina genera saliva repentina; luego no segrega más. Por lo tanto, al individuo se le dificulta tragar. De tener un vaso de agua lo beberá compulsivamente aprovechando aplacar no solo la sed, sino también para descargar su energía en ese objeto.

La respiración:

La respiración también es un indicador relevante para identificar una mentira. Si la persona está nerviosa su corazón latirá más rápido y por lo tanto las respiraciones serán breves y más frecuentes.

Bostezar:

Los individuos pueden fingir estar relajados y por lo tanto bostezan o intentan simular que están aburridos para evadir así que se indague más puntillosamente sobre el tema en cuestión.

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Manos:

Las manos denotan el nerviosismo del individuo. Si están tensas y se dirigen a la cabeza, orejas o cuello, reflejan una fuerte señal de nervios.

Estos indicadores son un claro reflejo de la ansiedad del interlocutor, sin embargo, el nerviosismo no siempre es consecuencia de un engaño o una mentira. Por lo tanto, es importante siempre construir vínculos que estén basados en la confianza y en el amor para así evitar estas situaciones de inquisición.

 

Fuentes:WikihowPsicologiayautoayuda