Ser "sustentable" suena como algo difícil de hacer, o que solo les corresponde a los gobiernos del mundo. Pero en verdad, ser sustentable tiene que ver, en primer lugar, con los hábitos que forman parte de nuestro día a día. Por eso, tenemos al alcance de nuestras manos, más posibilidades de las que creemos para cambiar las cosas. 

Eso se propuso hacer Martha Torres, una mujer colombiana que, ayudada por libros y tutoriales de Youtube transformó su casa y su vida, en un ejemplo de que ser sustentable es posible. 

Vive en el barrio Nuevo Muzú, en Bogotá. Y aunque está bien cerca de una zona industrial, su casa es un verdadero oasis. Ella utiliza el agua de lluvia, tiene una huerta, recicla y reutiliza. 

"Soy una ambientalista que todos los días piensa cómo reducir el impacto de sus actividades cotidianas sobre la naturaleza", señala en una entrevista. 

Los temas que más la sensibilizaron fueron: el desperdicio de alimentos y agua, el maltrato animal, la deforestación y el consumo no responsable.

Como se propuso, en su casa, nada se desperdicia. Por ejemplo, los envases de leche los lava, los seca y luego los transforma en bolsas de basura. También crea faroles con latas de refrescos y muchas otras cosas que ellas reutiliza para darles un nuevo uso y no generar tanta basura.

Por otro lado, todos los desechos orgánicos le sirven de abono para el jardín, donde cultiva tomates, apio, y otros vegetales que comparte con los vecinos.

Además, ha construido un sistema de agua de lluvia que le permite almacenar, y luego utilizar, más de 20 mil litros de agua. ¿Cómo? Solo haciendo deslizar el agua desde el techo, por unos canales, a unos tanques subterráneos. Luego, una parte la usa para el aseo general del hogar y para riego, y otra parte la filtra y usa para la cocina, las duchas, los lavabos y el lavado de la ropa. Además, el agua jabonosa la reutiliza para los retretes.

"El agua que acumulo me alcanza para tres meses sin que haya llovido. Puedo vivir tranquilamente sin el agua del acueducto y, si llueve demasiado durante varios días, tengo hasta para compartirle a mi vecina", cuenta orgullosa.

Aunque todavía no pudo instalar paneles solares, usa mangueras negras sobre el techo de la casa que el sol calienta para darle agua tibia.

"Las personas creen que yo hago todo esto en mi casa porque tengo plata o tiempo de sobra, pero no es así. Lo esencial es la determinación, las ganas de generar cambios en el mundo", dice, inspirando a otros a tomar las riendas de la vida que realmente quisieran vivir.