En Estados Unidos está avanzando un movimiento que promueve las viviendas pequeñas. En oposición al paradigma que indica más es mejor, esta forma de arquitectura aboga por una vida austera y amigable con el medio ambiente. Sus defensores sostienen que la reducción de los gastos que conlleva disminuir el tamaño de las casas permite desarrollarse en otros aspectos de la vida.

Según explican el sitio web del movimiento “Tiny House” (Casa Pequeñas), el tamaño promedio de las viviendas estadounidenses es de 240 m2. En contraposición, los hogares que ellos promueven tienen entre 9 y 37 m2. Así, el avance de este movimiento implica un desplazamiento del concepto tradicional de las viviendas grandes y espaciosas hacia diseños más prácticos que requieren menos presupuesto para su construcción.


 

“Una casa pequeña es cualquier casa en la que todo el espacio se aprovecha correctamente”, afirmó en diálogo con Huffington Post, Jay Shafer, fundador de la compañía Four Lights Tiny House Company, que ofrece sus servicios para construir estas viviendas. Con este concepto, Shafer fundó junto a algunos de sus amigos la sociedad Small House, que se dedica a apoyar la investigación, el desarrollo y el uso de espacios más reducidos.

En su manifiesto destacan que, “las personas que son capaces de habitar casas pequeñas suelen tener más tiempo y dinero para invertir en otras áreas de la vida, como el matrimonio, la familia, la educación, el ejercicio físico y sus carreras profesionales.”. Según explican, todo esto “ayuda a tener una vida más balanceada y disfrutable.” La mayoría de los estadounidenses destina entre un tercio y la mitad de sus ingresos a sus viviendas, según explican en el sitio web del movimiento “Tiny House”. De acuerdo a sus cálculos, esto se traduce en 15 años de trabajo dedicados únicamente a pagar una casa.

Esta era la situación de Dee Williams. Ella vivía el típico sueño americano en una casa de 139 m2 con tres habitaciones, un patio y una hipoteca a pagar en 30 años. Tras tener un infarto y ser diagnosticada con una deficiencia cardíaca, conoció este movimiento, se deshizo de la mayor parte de sus pertenencias y construyó una vivienda de 7,8 m2 por US$10.000. “Todo eso me ayudó a ver que tengo mucho. Tengo todo lo que necesito y no deseo nada más”, le dijo a ABC. Williams lleva seis años viviendo de esta manera y escribió el libro “Go home go” que brinda consejos para la construcción de estas casitas.

Según los datos recogidos por el movimiento “Tiny House”, el 55% de las personas que viven en casas pequeñas tiene más dinero ahorrado que un estadounidense promedio. Esto se debe a que el 68% de los que deciden reducir su espacio no pagan hipoteca, contra el 29,3% de los propietarios del país norteamericano. Además, el 89% de los habitantes de este tipo de viviendas gasta menos dinero en tarjetas de crédito que un estadounidense promedio. El 65% ni las usa.

La principal reducción de los gastos radica en las diferencias en los precios de la construcción. Según los datos del movimiento “Tiny House”, las casitas pueden costar alrededor de US$23.000 cuando son construidas por los mismos propietarios. Esta cifra contrasta con los US$272.000 que cuesta una vivienda de tamaño promedio, sin contar los gastos de los préstamos solicitados.  “Cuando construyes casas pequeñas, puedes gastar más dinero en materiales de mejor calidad”, le explicó a The New York Times, Jared Volpe, diseñador web que escribe el blog smallhousestyle.com.

Muchos de los ahorros también vienen de la mano de un cambio en los estilos de vida. Según le explicó Shafer al Huffington Post, optar por una casa más pequeña también implica poseer sólo aquello que es esencial. Dicho en otros términos, la reducción del espacio obliga a los propietarios a replantear sus consumos para adquirir sólo lo que necesitan.

La reducción de los costos de las viviendas que ofrece este movimiento hizo que también alcance a los jóvenes. Tara Flannery, una estudiante universitaria de 25 años que vive en Seattle decidió mudarse de la residencia en la que habita a un espacio más reducido. “Quería comprarme una casa cuando tuviera 30 años, pero por la evolución del mercado de bienes raíces, eso no va a suceder”, le dijo a The New York Times, en referencia al aumento de los precios. Su casa tendrá 9,3 m2 y costará alrededor de US$40.000. Planea utilizar el dinero que ahorre en viajar.

Una de las mejores cualidades de las casas pequeñas es que sus diseños son de lo más variados. Muchas de ellas incluso están montadas sobre trailers, de manera tal que sus propietarios pueden trasladarlas si no se sienten cómodos en el lugar donde están instalados. Pero además de tratarse de una forma de vida accesible, también beneficia al planeta. La construcción requiere de menos recursos y supone un menor uso de servicios como electricidad y gas. Aquellos que están más comprometidos con el medio ambiente, ya están optando por paneles solares y baños secos.