¿Crees que solo incide sobre nosotros lo que somos capaces de ver? La realidad es que solo somos un pequeño, mínimo puntito dentro del enorme Universo. Formamos parte de algo inmenso que ni siquiera somos capaces de comprender con precisión. Y esa pertenencia, de alguna forma, nos influencia día a día aunque no tengamos registro consciente de ello. Por ejemplo, en el caso de las mujeres, los ciclos femeninos se vinculan con el de la Luna, algo que también incide sobre las mareas y las cosechas. 

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En este momento, estamos en la Tierra frente a un gran y poderoso cambio astrológico, ya que el sol ingresó en Escorpio, y Júpiter también transita por este signo, trayendo un giro de energía para el cual deberíamos estar preparados. 

Estamos frente a uno de los movimientos más vibrantes del año, hace 12 años que no sucedía, y se extenderá hasta octubre del 2018. 

La energía de Escorpio es expansiva e incide sobre todos los niveles posibles. Nos invita a mirar hacia adentro y destapar lo que estaba oculto hasta ahora. 

Todo lo que hasta ahora permanecía velado saldrá a la luz, ya sean emociones guardadas o reprimidas, energía bloqueada, problemas familiares, infidelidades, resentimientos, ira, o cualquier otra cosa que por alguna razón, sea inconsciente o no, hemos volcado hacia adentro. El volcán hará erupción. Será a todo o nada, a blanco o negro. Pura intensidad escorpiana. 

Por eso es momento de ir despacio, ser claros y tomar decisiones. Será un tiempo de expulsión, de limpieza, pero también de intensidad. Es el tiempo perfecto para explorar nuestro interior, potenciar los procesos de autoconocimiento, crecimiento y sanación, y ganar en aprendizaje. Nos encontraremos de frente con nuestra verdadera esencia personal.

Una vez que atrevesemos la tormenta, nos sentiremos más aliviados, alineados y auténticos.