“Somos los nuevos habitantes de esta tierra. Habitantes que cuidan el medio ambiente y al ser humano. Habitantes que creen que para tener un espíritu emprendedor no se requiere perder la humanidad ni las ganas de soñar. Habitantes que no conocen de fronteras pero que a la vez, están orgullosos de la tierra que los vio nacer”.

Son muchos los pequeños hábitos que podemos incorporar en nuestra vida cotidiana para lograr entablar un nuevo vínculo con el medio ambiente. Cuidar los recursos es fundamental para realizar un cambio en la relación que tenemos con nuestro entorno. Cuando estos cambios se dan a nivel global, el impacto es mucho mayor y puede significar un verdadero paso en la dirección correcta para revertir la situación alarmarte en la que se encuentra hoy el planeta.

Karün es una empresa chilena que se fusionó con Bureo, una empresa norteamericana, para crear un producto que tiene impreso en su ADN la capacidad de generar un espacio en donde se creen nuevos lazos. Es por eso que en este proyecto, el foco no está puesto tanto en el lucro, sino en combatir la contaminación marítima a la vez que se ayudan a las comunidades costeras a mejorar su infraestructura y fortalecer su educación ambiental. A su vez, las empresas invitan a toda la comunidad a participar de este proyecto a través del financiamiento colectivo.

En esta fusión, ambas empresas  aportan su diferencial característico de acuerdo a una misma perspectiva de trabajo. Por un lado, Bureo es una empresa con sede en los Estados Unidos y en Chile. La misma está enfocada en la búsqueda de soluciones para el problema de la contaminación. Esta empresa, a través del programa Net Positiva, ofrece a los pescadores locales puntos de recolección de plástico altamente amigables y así Bureo recibe materias primas reciclables y duraderas.

Por su parte,  Karün es una empresa de anteojos creada en Chile y formada por personas que comparten los valores de unaforma de vida en armonía con el planeta. Su enfoque está puesto en la creación de anteojos de alta calidad basados en la belleza y el respeto por la naturaleza y sus habitantes. Para la realización de sus productos, Karün rescata materiales de la costa del Pacífico, el desierto y los bosques nativos de la Patagonia.  

Ambas empresas pertenecen al ecosistema de empresas certificadas con el Sistemas B, es decir,  son compañías que utilizan el poder del mercado para dar soluciones concretas a problemas sociales y ambientales.

Un proyecto, nuevos lazos que se tejen

Una de las formas más perjudiciales de contaminación mundial en el océano proviene de las redes pesqueras. Una vez que son usadas por los barcos, éstas permanecen en el agua durante semanas, lo que las convierte en una trampa mortal para millones de especies marinas. Este hecho es bastante alarmante ya que las redes representan el 10% de la basura oceánica total, la cual por año suma una cantidad de 8 toneladas.

Este problema fue lo que movilizó a las dos empresas a fusionarse en pos de pensar un proyecto que revierta la situación. Si bien no es viable ir al océano y juntar uno por uno esos materiales, existe una forma posible de generar un cambio. Para esto, decidieron  establecer un vínculo con los pescadores invitándolos a que ellos también se involucren en esta problemática. 

Compromiso

Con las comunidades costeras…

Para esto, se creó un programa que estimula a las comunidades costeras de Chile. Este programa consiste en dar un incentivo a los pescadores para que ellos se encarguen del residuo y lo acumulen en puntos de recolección. Una vez que se juntan las toneladas de plástico, se junta dinero por cada kilogramo. Este dinero es administrado por la fundación El árbol de Concepción para programas de educación ambiental relacionada al cuidado de los océanos y para mejorar la infraestructura de las comunidades.

Con la naturaleza…

Quienes forman parte del proyecto confían en que, para crear un producto de calidad, es necesario trabajar con materias primas que la naturaleza entregue de forma responsable. Es por esta razón, que son los seres humanos los que deben hacerse cargo de los residuos que generan. 
Para dejar plasmado este respeto hacia la naturaleza en el diseño, cada modelo de la colección está inspirado en distintas especies de ballenas nativas de la costa patagónica de Chile, creando así un producto único que mezcla la innovación y el estilo clásico, sin dejar de lado la calidad del producto.

Con el consumidor...

En un proyecto en donde el foco no está puesto en el lucro sino en la necesidad de un profundo cambio, el esfuerzo que se debe hacer para lograr sacarlo adelante es muy grande. Es por esta razón que, a través de la plataforma Kickstarter, se invita a la comunidad a formar parte de esta iniciativa.
Pudiendo aportar desde tres dólares, el comprador pasa automáticamente a ser parte de este proyecto, financiando la producción de los anteojos. A su vez, se pueden conseguir los lentes por un precio menor al que se venderá cuando salgan al público masivo.

Quienes aporten al proyecto 99 dólares, tendrán como retribución el modelo más costoso de la colección como forma de agradecimiento. El mismo estará a 129 dólares cuando el producto salga a la venta. Cuanto más dinero se quiera aportar al proyecto, más anteojos el comprador obtendrá a un menor costo.

Ante nuestros ojos se presenta la posibilidad de ver un mundo diferente que camina hacia delante y busca el cambio. Este tipo de iniciativas, comprometidas social y ambientalmente, son las que deben multiplicarse a lo largo y ancho del mundo. A partir de objetos de diseño de uso cotidiano y con una pequeña gran acción, el destino de los océanos puede cambiar para siempre. 

Haz click aquí si quieres ser parte, para conseguir tus lentes y ayudar a crecer este proyecto