Uno de los temas recurrentes en las últimas décadas es la dificultosa interacción de las nuevas generaciones que conviven en el mundo del trabajo a nivel global.

La incorporación de personas denominadas Millenials (nacidos en la década de 1980) y de la Generación Z (en el 2000), entrecruzan culturas diferentes con personas de generaciones anteriores, en lo que ha redefinido las culturas del trabajo en todo tipo de organizaciones.

Una primera apreciación es que los mayores en edad se sienten intimidados por cierto espíritu caracterizado por la transgresión y una buena dosis de rebeldía; la dificultad de aceptar reglas, y la necesidad de dotar y buscar el sentido en lo que se hace en la vida.

millennials y generación Z

• Aprendizajes de doble vía

Mientras los más antiguos de las organizaciones se quejan y protestan, los más jóvenes hacen lo mismo, aunque desde perspectivas diferentes.

Lo enriquecedor de esta mixtura es el aprendizaje de doble vía que se presenta con la prepotencia de lo nuevo.

Aquí hay 9 rasgos que enseñan los millenials y la Generación Z que se está integrando al mundo laboral global, en un proceso en el que ambas partes pueden aprender, acordar y cooperar juntos.

millennials y generación Z

1. Las nuevas generaciones privilegian el equilibrio de la vida personal con el trabajo. Quedaron atrás las jornadas extenuantes en cualquier tipo de actividad. El foto está en no perder esos espacios individuales.

2. El salario emocional es más relevante que la paga en dinero. El reconocimiento, el propósito, el sentido de logro, la forma en que las organizaciones tratan a los trabajadores es esencial e indiscutible.

3. No eligen su trabajo sólo en base a la compensación económica. Necesitan sentirse libres dentro de contextos mucho más flexibles de horarios.

4. El uso prioritario de la tecnología y su correspondiente actualización, cosa que, en generaciones anteriores, aún en muchos casos cuesta adoptar.

5. Trabajo colaborativo. Independientemente de las responsabilidades, los Millennials y Generación Z privilegian la gestión de equipos en forma consistente y permanente; por eso que detestan la verticalidad tan tradicional en muchas organizaciones. Quieren lucirse y que el conjunto de pares estén en la misma sintonía.

6. Se valora y acepta la diversidad. Desde conocimientos compartidos, hasta los prejuicios y la ruptura de paradigmas tradicionales, la inclusión de minorías de cualquier tipo, y el desafío de los viejos protocolos que estuvieron instaurados durante muchas décadas.

7. Espíritu crítico. Es difícil convencer a los más jóvenes con los argumentos de siempre. Necesitan algo más; no funciona con ellos la manipulación tradicional, y privilegian estar en duda y pregunta permanente sobre todo y todos.

8. Les gusta tomar decisiones en forma autónoma. Buscan ejercitar su auto confianza, y desconfían si tienen que estar todo el tiempo satisfaciendo la expectativa de alguien más.

9. Deben sentir pasión. Si no, se desmotivan y no logran sacar su máximo potencial. Tienen espíritu emprendedor, sobre todo los que poseen creatividad y la habilidad para producir soluciones a los problemas, dando un valor agregado a las empresas.

Las nuevas generaciones persiguen sueños, vocación, pasión; necesitan marcos de libertad. Por lo que no suelen durar tanto tiempo en los trabajos, independientemente de las condiciones formales y las emocionales. Es posible que renuncien para tomarse vacaciones, o que programen un viaje sin haber seguido los protocolos internos de una organización.

Como se observa, hay mucho para aprender de los Millenials y la Generación Z en términos de una vuelta al eje humano del trabajo, donde cada persona es considerada y tenida en cuenta. Esto es diametralmente opuesto a lo que trajo la era industrial, e incluso, la revolución tecnológica.

Hoy el mundo transita la etapa de la Innovación Emocional, y, como buenos gestores de presente que deben ser las compañías, quizás no se deba perder esto de vista para enfocarse en lo esencial: producir, vender, ser rentables y mantener las fuentes de trabajo es muy saludable y necesario. Aunque sin perder de vista al ser humano detrás de los números.

Sobre el autor: Daniel Colombo es Coach especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; escritor y comunicador profesional

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