El apéndice es un órgano pequeño, en forma de tubo, unido a la primera parte del intestino grueso. Está ubicado en la parte inferior derecha del abdomen y no tiene ninguna función conocida. La apendicitis es causada por un bloqueo en el interior del apéndice. Este bloqueo provoca un aumento de la presión, problemas con el flujo de la sangre e inflamación. Si el bloqueo no se trata, el apéndice puede romperse y diseminar la infección hacia el abdomen.

Aunque aparentemente es una operación menor, es un diagnóstico muy difícil de realizar, pues sus causas pueden confundirse con otros otros síntomas, principalmente en los niños y las mujeres en edad reproductiva.

El cuadro clínico tiene 3 características: síntomas digestivos, cuadro séptico y peritonitis localizada.
Estos síntomas pueden ser muy engañosos y confundirse con gastroenteritis, síndrome del intestino irritable severo (IBS), estreñimiento, infecciones de la vejiga o de la orina, Enfermedad de Crohn o infección pélvica.

El primer síntoma que suele aparecer es el del dolor alrededor del ombligo o en la parte media del abdomen superior. Este dolor se va haciendo más agudo e intenso. Es posible que también aparezca inapetencia, náuseas, vómitos y fiebre.

El dolor tiende a desplazarse a la parte inferior derecha del abdomen y tiende a concentrarse en un punto directamente sobre el apéndice llamado el punto de McBurney. Esto ocurre con mayor frecuencia de 12 a 14 horas después del comienzo de la enfermedad.

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Las 8 señales que indican una posible apendicitis y que no se deben ignorar son:

1. Vómitos
Es un síntoma también de la infección, pues indica que el cuerpo necesita deshacerse del pus. El vómito también aparece como un reflejo del cuerpo para limpiar el tracto digestivo.

2. Estreñimiento
No es recomendable usar enemas, pues esto puede empeorar la situación.

3. Diarreas
Es necesario mantenernos hidratados y ante cualquier signo, como sangre, acudir de inmediato al médico.

4. Aumento del dolor al realizar movimientos o toser
El dolor puede empeorar al caminar, toser o hacer movimientos súbitos.

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5. Inapetencia

Es normal que, ante el dolor, los vómitos y las diarreas, se pierda el apetito.

6. Fiebre
La apendicitis suele aumentar la temperatura del cuerpo y si se produjera una perforación, la fiebre podría aumentar mucho más, acelerando los latidos del corazón. Es importante vigilar a los niños. Por cada grado de temperatura que aumenta en el niño, también se acelera los latidos del corazón, entre 8–10 por minuto.

7. Retención de gases
Es muy probable que no pueda expulsar los gases, situación que se ve respaldada por el estreñimiento. Sin embargo, es muy importante estar alerta, pues esto puede ser un síntoma de obstrucción intestinal.

8. Malestar en el cuerpo
Si siente un cansancio fuera de lo normal y un malestar generalizado, esto puede ser un síntoma de la apendicitis.

El problema de la apendicitis no es la inflamación del apéndice en sí, sino que si dejamos evolucionar el cuadro, el apéndice puede llegar a necrosarse y pudrirse literalmente en el interior del abdomen. Esto provocaría una situación de urgencia, la peritonitis, con gran riesgo para la vida del paciente.

Por todo ello es necesario realizar un diagnóstico y tratamiento precoz que impida la progresión de la apendicitis.

Recuerda que ante cualquier malestar, duda o síntomas, debes acudir al médico. Evita la automedicación.

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