Si sientes que tus emociones dominan tu vida sin que puedas hacer nada por evitarlo, tal vez tienes que rever algunos puntos de tu salud emocional. No lo malinterpretes: hacer espacio a tus sentimientos, luchas por ellos y dejarte guiar está muy bien. El punto de alguien emocionalmente sano es que eso no le trae problemas en su día a día.



Si en cambio, sientes que no puedes manejar tus emociones, y tienes permanentemente la sensación de no ser dueño de ti, ahí hay un problema, que no tiene que ver sólo con los sentimientos. El entorno que te rodea y la forma en la que te relacionas con él puede estar afectando a tu salud emocional.

  • Debes saber que estar emocionalmente sano es una decisión. 


Es igual que decidir estar en forma. Requiere un poco de esfuerzo, ejercitar ciertos aspectos y hacer “dieta” de aquellas cosas que no te hacen bien.

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Si consigues ese equilibrio, es igual que con el cuerpo: una vez que has llegado a donde quieres estar de manera sistemática y balanceada, no te costará demasiado trabajo quedarte allí.

Hay muchas cosas que puedes empezar a hacer para estar emocionalmente sano. Pero también hay muchas que debes dejar de hacer de una vez por todas.

Estas son 8 de esas cosas, y verás como, si logras dejarlas de a poco, te sentirás con mucha más fuerza emocional.




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1. Buscar la constante aprobación

Las personas con una buena salud emocional no esperan de los demás la aprobación constante. Claro, a todos nos gusta saber que lo que hacemos le agrada a los demás.

Pero si quieres estar emocionalmente sano, debes tener la convicción de que la única opinión que cuenta para tu vida, es la tuya propia. La de los demás siempre tiene que venir en segundo lugar.

2. Dejar que otros controlen tus emociones

En la misma línea que el punto anterior, es importante que sepas que muchas veces, esas emociones negativas que sientes todo el tiempo no son tuyas: las estás tomando de los demás.

Ese amigo que te usa como depositario de todos sus problemas. Ese compañero de trabajo tóxico que sólo te recuerda lo mal que haces las cosas. Incluso tus padres, juzgando tus decisiones.

Es normal que nos afecte lo que pasa en nuestro entorno, pero es momento de que te sientes y pienses hasta qué punto vas a dejar tu salud emocional en manos de los demás.

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3. Desconfiar de tus capacidades

Lo más importante si quieres estar emocionalmente sano es tener plena confianza en ti mismo. En lo que eres capaz de hacer, en tus habilidades y en las cosas que te hacen único.

Tienes que saber que aquello que te has propuesto quizá no llegue de la noche a la mañana. Que requerirá tu esfuerzo y sobre todo, tu convicción. Por eso, debes estar siempre convencido de que eres capaz de hacerlo, incluso cuando se presenten dificultades.

4. Ponerte en el lugar de víctima

Muchas veces tendemos a victimizarnos y a echarle la culpa de nuestros problemas a los demás. Estar emocionalmente sano implica reconocer que no puedes controlar lo que está fuera de ti, pero puedes controlar tu actitud hacia ello.

Es decir: tú decides cuánto te afecta lo que pasa a tu alrededor. No eres una víctima de lo que te sucede: eres el actor principal de tu vida, y tienes el poder de decidir siempre.

5. Decir siempre que sí

Así como puedes decidir cómo te afectan las cosas, lógicamente, tienes el poder de decidir sobre tu persona. De tus tiempos, de tu cuerpo y de tu vida eres el dueño absoluto.

Entonces, si quieres estar emocionalmente sano, debes saber cuándo decir que sí, y cuándo decir que no. Si dices siempre que sí, el mundo entero se convierte en tu amo, y no te deja lugar a tomar tus propias decisiones, pues siempre habrá alguien allí exigiendo algo de ti.

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6. Temerle al cambio

El miedo es uno de los peores sentimientos que se pueden tener. Es, quizá, la emoción que más nos impide avanzar y ser mejores.

Si entiendes el cambio como una verdadera oportunidad para crecer y mejorar tu vida, podrás salir beneficiado de él.

7. Perder el tiempo

Vamos, que esto no significa que debas pasarte todo el día trabajando. Pero las personas con emociones sanas, dedican la mayor parte de su tiempo a las cosas que les hacen bien, que las ayudan a acercarse a donde quieren estar.

Perder el tiempo significa pasarte todo el día haciendo cosas que no tienen que ver contigo ni con tu estilo de vida, sólo porque crees que debes hacerlas.
Para estar sano emocionalmente, necesitas darle prioridad a todo lo que implique estar mejor.

8. Creer que la felicidad “llega” (sin que te muevas)

La felicidad llega, sí. Pero el error es creer que es algo que llega solo. Si quieres estar emocionalmente sano, la más importante lección que debes aprender es esta: la felicidad la construyes día a día.

Si logras entender que estar bien no depende de nadie más que de ti, estarás mucho más cerca de estar justo donde deseas.

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