El ejercicio es notablemente bueno para la salud. Los especialistas pueden enumerar beneficios en todas las áreas. Las personas que hacen ejercicio se sienten más vitales, duermen mejor, son más alegres y están más sanos.

Sin embargo, eso no es novedad. Los beneficios de la gimnasia son conocidos por todo el mundo. El problema es que, para los que amamos las “actividades de sillón” (ver películas y series, leer, escribir, dibujar, etc.), tomar la decisión de hacer ejercicio es lo más difícil.

Si ese eres tú, a continuación te damos algunos consejos que quizá hagan que te resulte más fácil tomar la decisión de salir a mover tu cuerpo.

Mujer corriendo

1. Empieza de a poco: todo cuenta

 Si durante años no haz hecho ejercicio, no vas a ganar una maratón mañana. Si te pones expectativas muy altas, lo más probable es que abandones al primer intento.

Recuerda que a ti lo que te importa no es ser un gran deportista: sólo hacer ejercicio suficiente como para estar más saludable.

Una caminata por el parque, cuenta. Correr una vuelta a la manzana, cuenta. Lo importante es cambiar el chip e incorporar el ejercicio como algo cotidiano.

2. Cuida las rutinas

Si ejercitarte no te sale naturalmente, tendrás que incorporarlo a tu rutina. Para hacerlo, debes ser constante, y además, ordenado.

Puedes ponerte como primera meta hacer ejercicio todos los lunes, como para empezar la semana enfocado en tu objetivo. Además, es importante que establezcas varios días a la semana en los que harás ejercicio y respetarlo.

Idealmente, deberías hacer algo de entrenamiento como mínimo día por medio. Si pasan más de dos días sin hacer gimnasia, será más fácil que termines abandonando.

Hacer ejercicio en casa

3. No pongas el dinero o el tiempo como excusa

Si no tienes dinero suficiente como para pagar el gimnasio o un entrenador personal, no te preocupes. Existen cientos de sitios web, aplicaciones y libros en los que plantean rutinas de ejercicios que puedes hacer solo.

Si trabajas muchas horas, puede que te parezca que no te queda tiempo para el ejercicio, pero eso no es excusa. Hazte una rutina de 20 minutos ¡Seguro tienes 20 minutos libres al día!
Puede parecer poco, pero verás que hace un cambio enorme.

4. Recuerda que el ejercicio te da energía
     
Es normal que, si estás cansado, no tengas ganas de hacer gimnasia. Pero si logras vencer esa tendencia inicial, notarás por ti mismo una realidad: el ejercicio, de hecho, te da más energía de la que te quita.

 Puede que al terminar te sientas un poco cansado físicamente, pero estarás más despierto y lúcido que antes.


Mujer haciendo yoga al atardecer

5. Encuentra algo que te de verdad te guste
 
La clave maestra para el final. La mejor manera de reconciliarte con el ejercicio, es hacer algo que te guste de verdad.

 Si odias el gimnasio, no te fuerces a ir. Sólo lograrás abandonarlo y tomarle más rencor. Haz algo que te motive de verdad, que te haga sentir bien, que, además de ser un ejercicio para el cuerpo, sea un ejercicio para el espíritu.

Salir a correr por la mañana para ver el amanecer. Dar largos paseos en bicicleta. Ir a nadar. Patinar. Hacer yoga y meditación. Bailar.

Las opciones son casi infinitas, y estoy segura de que eres capaz de enamorarte de al menos una. Si logras eso, tienes la victoria asegurada.