En el mundo animal podemos encontrar distintas y muy variadas formas de defensa. Entre ellas, se encuentran métodos como el mimetismo y la cripsis, términos que se suelen asociar por su orígen en la capacidad de ciertos animales de adaptar su morfología al entorno, dependiendo de sus necesidades.
Sin embargo no son exactamente lo mismo. Por un lado, el mimetismo es la capacidad de destacar la presencia del animal para intimidar a su depredador, muchas veces imitando otros animales de su entorno con los que no guarda relación. Por el lado contrario, cripsis es un fenómeno por el cual un organismo se adapta a su ambiente, haciéndose pasar inadvertido por los sentidos de otros animales, muchas veces fundiéndose con el hábitat natural del mismo. A ambos se los engloba bajo el concepto de camuflaje.

Ocultarse de posibles depredadores depende de factores como la movilidad o inmovilidad del animal. Incluso, hay ciertos aspectos de la forma del animal que se pueden destacar u ocultar según el caso lo requiera. Así, la capacidad de moverse de tal o cual manera, puede ayudar a ser percibido como una hoja, una piedra o una rama, por ejemplo. A este propósito se suman la coloración y textura que ayudan, en gran parte, a crear camuflajes prácticamente iguales a aquellos de su entorno.

A continuación podrás observar algunos de tantos seres que logran camuflajes prácticamente perfectos.

1. Oruga barón común

2. Gecko musgoso

3. Lechuza del bosque

4. Víbora de Paringuey

5. Pez pipa

6. Zorro del Ártico

7. Insecto palo

8. Caballito de mar pigmeo

9. Podargo australiano

10. Pez roca

11. Saltamontes del bosque

12. Víbora del Gabón

13. Lenguado

14. Cocodrilo de pantano

15. Polilla

16. Gecko cola de hoja