Imagina esta situación:

Mañana tienes un evento importante, y quieres usar esa camisa que te queda perfecta. La lavas con cuidado y la pones a secar, pero al otro día al levantarte, sigue igual de húmeda que el día anterior. ¡Es imposible que se seque! ¿Por qué no la habré colgado antes?

Si te has sentido identificado con esa hipotética situación no te preocupes, no eres el único. La parte del secado de la ropa es, generalmente, peor que el propio lavado.

Claro que no entenderás esto si vives en un clima cálido y seco, pero si no tienes esa suerte… ¡Este truco es para ti!

Debes saber que este tipo de secado es ideal para cargas pequeñas o para prendas particulares. No es para usar a gran escala, pero te sacará de más de un apuro.

Se trata de usar un electrodoméstico de la casa pero de una manera muy diferente.

¡Vas a secar la ropa en la nevera!

¿Cómo? Estas son las instrucciones


Primero, lava la ropa como de costumbre, y si puedes, dale el primer centrifugado.

Luego, toma una bolsa para refrigerador bien limpia.

Coloca adentro de la bolsa la ropa que acabas de lavar y ponla en el congelador de la nevera.

Espera al menos una hora… ¡Y ya lo tienes! Ahí está tu ropa seca.

Básicamente, el aire seco y frío del congelador harán que la humedad se elimine más rápido de la ropa.

Esta solución de urgencia no es instantánea, pero puede ser notoriamente más rápida que secar la ropa en el tendedero.

Eso sí: como ya te podrás imaginar… ¡La ropa saldrá muy fría! Te recomendamos pasarle un momento el secador de pelo antes de ponértela.

¿Conocías este truco? ¡Momento de ponerlo en marcha!

Fuentes:

Econsejos