Francis "Franz" Jacob es unpeluquero canadiense que no dudó es hacer todo lo posible para que su cliente, un pequeño niño con autismo, se sintiera cómodo. Francis se acostó en el piso para lograr su cometido.    

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Franz trabajando

Wyatt Lafrenière es un pequeño de siete añoscon autismo, y desde hace dos acude a la peluquería de “Franz”, quien lo atiendede la mejor manera.

 El autismo afecta la manera en la que una persona interpreta el idioma, secomunica y socializa. Por eso para Wyatt no siempre es fácil enfrentarse a situaciones que para otros pueden ser cotidianas, como que un desconocido se acerque mucho a él para cortarle el cabello.  

Hay días en los que Wyatt está más sensible y no permite que le toquen el cabello. Sin embargo, Franz ha encontrado lamanera. Según el mismo explica “A veces le corto el pelo parado, otras sentadosobre una silla y después la otra, sentado sobre el regazo de su madre. Estavez se tiró al piso, entonces lo seguípara terminar el corte".

Franz y Wyatt

Una relación muy especial

Francis se convirtió en el peluquero de confianza de la familia, y para calmar a Wyatt, trata de llamarle laatención sobre alguno de los muchos elementos de memorabilia que tiene en lasparedes de su salón con aire retro, ubicado en la ciudad de Rouyn-Noranda, enQuébec.

También lo recibe como últimocliente del día y cierra la tienda para que estén tranquilos. Segúnexplicó, hacerle un corte a Wyatt lepuede llevar hasta 75 minutos, pero seguramente es gratificante, al final del día, haber hecho todo lo posible para que él se sintiera cómodo.

¡Por más gestos como este!