Las conexiones que hacemos con las personas que amamos no surgen por casualidad. No existe un hilo rojo que nos ata a las personas como si el destino lo quisiera. Por lo menos no de la forma en que nos lo pintan. La realidad es que existe una psicología de la conexión que dice que sí conectamos con las personas a un nivel profundo y lo mejor es que podemos entender cómo.

Parte del neuromarketing y la psicología, la psicología de la conexión dice que a veces establecemos vínculos con personas (o marcas) de una forma inusual. Estudios llevaban a pensar que existía una conexión invisible, como si fuera el amor a primera vista, pero mientras más se investigaba, se llegó a tres cosas esenciales para formar un vínculo con alguien de manera “mágica”.

Apertura

Al hacer una conexión, nuestro cerebro se ilumina. Tal vez es algo superfluo que dejamos pasar, tan casual que es inadvertido por nuestra memoria, tal vez es una persona con la que hablamos y permanecemos indiferentes ante ella, pero a veces hay algo que nos lleva a entablar una conexión más grande. Esto sólo es posible si se da una apertura, una oportunidad para conocer a esa persona.

Podrías pensar que tu mejor amigo o amiga son producto del destino, pero piénsalo, si no se hubiera dado esa apertura en un primer momento, tal vez hoy serían completos extraños.

Confianza

Una vez establecida la apertura, necesitamos saber que esa persona es de confianza. Hablar, establecer una relación y relajarse son algo primordial. Todo ese tiempo en que nosotros experimentamos una conexión más compleja, nuestro cerebro está trabajando como pocas veces lo hace.

Es ahí cuando nuestro cerebro realmente sabe que algo está sucediendo y es entre el lóbulo temporal y el parietal que la acción se desarrolla.

Sinceridad

Una vez que hay confianza, se transforma en sinceridad. Nos abrimos ante la otra persona y creamos esa conexión que creemos invisible, pero que nuestro cerebro desarrolló desde que dirigimos las primeras palabras. Recibimos dosis de oxitocina al saber que esa persona comparte nuestros gustos, pasiones, ideas y más.

La conexión se transforma en algo casi concreto. Vemos a esa persona como si no existiera alguien igual y por eso es que conectamos tanto con nuestros amigos, parejas y más. Y sobre todo, por lo que creemos que nadie puede tener una relación así, porque es verdad, es algo único entre dos.

Fuente:

La mente es maravillosa

Creatingwe