Ya sea para felicitar por un aniversario o un nacimiento, invitar a una cita, pedir disculpas u honrar la partida de un ser querido, enviar rosas es casi un lenguaje universal: según hallazgos en diversas excavaciones, la tradición de entregar flores como modo de comunicar un sentimiento se remonta a algunos miles de años atrás, presentando evidencias arqueológicas de esta costumbre en las antiguas China, Roma y Grecia.

Sin embargo, no todas las rosas tienen la misma simbología, y es importante distinguir el significado relacionado a cada color para asegurarte de elegir las especies apropiadas de acuerdo al mensaje que pretendes enviar.

De manera que, antes de encargarle a tu florista que prepare el ramo de rosas portador de tus sentimientos, sigue esta rápida guía para aprender la simbología asociada a cada color:


La rosa blanca: pureza y virtud.

La más adecuada para ocasiones ceremoniales, la pureza de la rosa blanca transmite respeto y rinde homenaje a los nuevos comienzos, razón por la cual es la rosa de elección para regalar en bautizos, graduaciones o ascensos laborales.
El color blanco representa también la unidad, la virtud y la pureza de un nuevo amor, por lo que la rosa blanca es conocida como la rosa nupcial y es la más tradicional para bodas y aniversarios.Gracias a su asociación con el honor y la reverencia, son también una excelente elección para honrar y homenajear a un ser querido en su partida.


La rosa amarilla: alegría y bienestar.

Con un significado que denota alegría y optimismo y está asociado al buen ánimo y al bienestar, esta tonalidad de rosas representa una especie de comodín ya es apropiada para distintas circunstancias.

Ideal para saludar o felicitar amigos, enviar a alguien que necesite recuperar la salud o simplemente para diseminar dicha, buenaventura, optimismo y sentimientos de amistad, su versatilidad la hace adecuada para un amplio abanico de ocasiones y, debido a que su alegre significado carece de la intensidad presente en otras tonalidades, es también la rosa de elección para enviar un mensaje positivo sin dejar lugar a malentendidos.

De manera que, ante la duda, un ramo de rosas amarillas es una elección infalible e inequívoca.


La rosa rosa: dulzura, gracia y elegancia.

El color rosado lleva consigo diversas connotaciones: por un lado, es portador de gracia, cariño y elegancia, por otro representa dulzura y romance.
A diferencia de las rosas rojas que denotan pasión y deseo, las rosas rosas insinúan un interés de romance poético y platónico.
Los tonos de rosa más oscuros son ideales para demostrar gratitud o aprecio, o incluso ser utilizadas como una expresión de simpatía, mientras que los tonos más pálidos se usan más para demostrar admiración o reconocer la gracia y elegancia de la persona que ha de recibirlas.


La rosa naranja: orgullo y fascinación.

La asociación de la amistosa naturaleza de la rosa amarilla y la implicación romántica de la rosa roja da lugar a una simbología de matices más sutiles.
La rosa naranja es apropiada para demostrar el orgullo que se siente hacia una persona, y es adecuada para ocasiones generales en las que quiera enviarse un mensaje de satisfacción, agradecimiento, amistad, felicitaciones o incluso amor, aunque sin caer en la simbología más contundente de las rosas rojas.
Sin embargo, la mejor situación para echar mano de estas rosas es al momento de pedir disculpas: su aroma dulce e intenso es capaz de suavizar hasta el corazón más ofendido.

La rosa roja: la reina de todas las rosas.

Su prevalente presencia en poesía, literatura, cine y arte pictórico ha ayudado a convertir a la rosa roja en uno de los símbolos más universales para expresar el sentimiento más puro: el amor verdadero. La rosa roja expresa el calor palpitante de un nuevo amor, la pasión de la atracción y el deseo por otra persona.
Sin embargo, las distintas tonalidades de rojo tienen distintos significados: si bien la rosa roja es símbolo de romance y amor, la rosa de un color más borgoña tiene un significado relacionado al coraje y al poder, y suele regalarse para felicitar por un trabajo bien hecho o expresar respeto y admiración.