Las salsas italianas gozan de mucha popularidad en todo el mundo, y ese reconocimiento parte de la tradición. Sin embargo, no es lo mismo una salsa hecha en casa siguiendo una receta, que una salsa industrial. Recientemente, lo que hay detrás de ciertas salsas italianas envasadas salió a la luz.

Varias grandes compañías de la industria alimentaria italiana han estado bajo la lupa de las autoridades por la explotación laboral de inmigrantes en sus plantaciones. Según diversas fuentes, las condiciones en las que viven y trabajan carecen de los estándares sanitarios mínimos y son por demás inhumanas.

Las plantaciones han llegado incluso a ser comparadas con “campos de concentración” por sus largas jornadas sin descanso y en algunos casos sufriendo tratamientos bárbaros por parte de sus superiores.

Todo empezó cuando en julio del 2015 un inmigrante sudanés, Mohammed Abdullah, sufrió un infarto mientras recolectaba tomates en una plantación en Salento bajo un sol de 40 °C. Según una investigación realizada por la fiscal Paola Guglielmi, la muerte del sudanés fue 100% evitable y determinó que lo que agravó su condición fue que no recibió cuidados médicos de forma inmediata. También se descubrió que los trabajadores no tenían acceso a ningún servicio básico de salud. 

A partir de este desafortunado evento, tanto dueños de plantaciones como algunas de las más grandes empresas del sector alimentario italiano han sido puestas en el foco de una investigación a gran escala sobre la explotación laboral a inmigrantes. 

Yvan Sagnet, un camerunés que trabajó en la misma plantación que el sudanés fallecido declaró que las condiciones son “inhumanas” y que calificó la experiencia de “esclavitud”, llegando a compararlo con un campo de concentración. Según testimonios, las jornadas de 12 horas ininterrumpidas son comunes en algunas plantaciones.

Los trabajadores trabajaban sin guantes, con la cabeza descubierta y sin acceso a agua a pesar del sol inclemente. El objetivo de la investigación es mejorar las condiciones laborales de los inmigrantes y terminar con el tratamiento brutal que reciben los trabajadores por parte de sus empleadores, que en algunos casos los extorsionan a cambio de tratamiento médico.