¿Eres la clase de persona que deja todo “para mañana”? Si es así, puede que a veces sientas que no eres capaz de manejar las cosas, y son ellas las que te manejan a ti.

La procrastinación o postergación es “la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables”. Aunque en el momento puede traer satisfacciones, a la larga es motivo de muchos problemas.

Especialmente, impide alcanzar los objetivos que uno se propone. Si sientes que eres un postergador, seguramente hay un motivo profundo que te lleva a serlo.

Si eres capaz de descubrir el miedo que te lleva a procrastinar, seguramente serás capaz de cambiarlo. Lee atentamente cada uno, y, si alguno es el tuyo, descubre la solución para acabar con la postergación.

Miedo al fracaso

Es un miedo muy común, y es normal que no desees fracasar. Sin embargo, cuando es tan grande que te paraliza, se convierte en un problema.

En general, este miedo tiene que ver con la sensación de que nada de lo que hagas alcanzará para lograr tus objetivos, y ser reconocido y valorado. La posibilidad de intentar algo con todas tus fuerzas y fracasar te apabulla tanto que prefieres no intentarlo: al menos, todo quedará igual.

Es posible que tengas un fuerte miedo al fracaso si:

  • Piensas en todo lo que puede salir mal cuando emprendes algo. 
  • Te imaginas fracasando a menudo, y en cómo se lo tomarían las personas que quieres. 
  • Culpas por tus fracasos a factores externos como la falta de tiempo.
  • Prefieres no intentarlo a fracasar. 

¿Cómo combatirlo?

Si te sientes identificado, cuando estés por postergar algo que te genera mucha ansiedad puedes hacerte esta pregunta: ¿Qué es lo peor que puede ocurrir?

Una vez que tienes claro cuál es el peor escenario, con la mente fría, puedes pensar cuáles son tus capacidades para enfrentarte a él. Verás que te sientes mucho más aliviado y te animas a ir hacia adelante una vez que analizas cuidadosamente estos aspectos.

Problemas con la incertidumbre y toma de decisiones

Posiblemente te resulta difícil enfrentarte a lo desconocido y por ello necesitas conocer el resultado antes de encarar algo.

Eso te puede llevar, además, a perder demasiado tiempo recolectando información. Antes de tomar una decisión y pasar a la acción, debes saberlo todo al respecto de todos los caminos posibles.

Claro que, como esto no se puede conseguir, te la pasas eternamente intentando decidir, y muy poco tiempo haciendo. Sólo eres capaz de pasar a la acción cuando no te queda otra alternativa (por ejemplo, cuando la “deadline” está demasiado cerca).

Si este es tu caso, puede que te sientas identificado con alguna de las siguientes afirmaciones:

  • Prefieres la certeza de un mal resultado a la incertidumbre
  • Prefieres, cuando no sabes cómo la llevarás a cabo, dejar inconclusa una tarea.
  • Te centras más en no tomar una mala decisión que en conseguir hacer las cosas. 
  • Necesitas, antes de tomar una decisión, tener demasiada información. 

¿Cómo superarlo?

Lo ideal para lograr superar estos problemas es asumir que hacer es la mejor forma de aprender.

Si tenemos presente que el riesgo disminuye a medida que avanzamos, será más fácil tomar la decisión de dar el primer paso. Estar en movimiento es la mejor forma de obtener información válida para saber hacia dónde ir.

Perfeccionismo

Si tu problema es el perfeccionismo, es porque sientes que todo lo que hagas debe salir perfecto. Te exiges eso a ti mismo y tienes la certeza de que es lo que los demás esperan de ti.

Como bien sabrás, sin embargo, la perfección no existe. Entonces, tu objetivo te resulta tan inalcanzable, que te ves desboradado por las cosas y terminas por no hacerlas. Mejor no hacer nada que hacerlo mal, esa es la idea que te persigue.

Eres un perfeccionista si:

  • Te resulta difícil perseverar cuando las cosas salen mal.
  • Crees que los demás esperan de ti la perfección
  • Evitas enfrentarte a las cosas que no sabes hacer perfectamente.
  • Cuando finalmente concluyes una tarea, sientes que te llevó demasiado tiempo. 

¿Cómo superarlo?

La mejor manera de superar el perfeccionismo es "amigarte con la mediocridad". Suele relacionarse la mediocridad con algo malo, pero lo cierto es que en ciertos casos es una poderosa herramienta para avanzar.

Si aceptas que puedes obtener un buen resultado incluso aunque no sea el mejor, serás capaz de dejar de postergar y empezarás a aprovechar mejor las oportunidades que se te presenten.