El instinto es una facultad innata con la que nacemos. “Instinto de supervivencia”, por ejemplo, se le dice a ciertas reacciones que tenemos de forma automática cuando sentimos que nuestra vida corre peligro, e incluso los bebés más pequeños las tienen.

A lo largo de la vida, además, sumamos al instinto algo más: la intuición. El pensamiento intuitivo tiene que ver con todas esas experiencias que vamos acumulando en nuestra vida, y que pasan a formar parte de lo que somos.

Así, cuando algo “huele mal”, no estamos haciendo brujería. Todo eso que llevamos dentro, grabado en nuestro cerebro y en nuestras emociones, nos está enviando un mensaje. Nos está avisando que posiblemente, corramos riesgo y que debemos cuidarnos.

Hay personas que confían más en su instinto que otras, y cada quien sabe por qué lo hace. Pero te recomendamos que, pase lo que pase, prestes atención siempre que el pensamiento intuitivo te envíe estas señales:

1. “Esta situación parece peligrosa”

Como hemos dicho, desde que nacemos el instinto nos ayuda a lograr sobrevivir. Esas sensaciones de que algo nos puede poner en peligro no deben ser subestimadas, porque generalmente no son mera paranoia. En general, es nuestro instinto de supervivencia haciéndonos un llamado de atención.

Así que, por ejemplo, si entras a un lugar y sientes un nudo en la panza y tienes la sensación de allí las cosas van a salir mal, mejor no te quedes. O cuanto mucho, mantente alerta. Quizá puedas evitarte un muy mal momento.

2. “No me siento bien”

Muchas veces experimentamos la sensación de no sentirnos bien, ni física ni anímicamente, aunque no tengamos ningún síntoma. No hay fiebre, ni dolor de cabeza, ni hormigueo en las extremidades; ni ganas de llorar o ansiedad.

Sin embargo, sientes que tu cuerpo y tu mente no están bien. Cuando eso pase, date un momento para escuchar. Seguramente es tu instinto diciéndote que algo te falta.

Quizá no has dormido bien, y solo necesitas desacansar, o quizá necesitas ver a un médico porque estás incubando un resfrío. O tal vez hay una situación que te está hiriendo emocionalmente sin que lo notes.

Si aprendes a escuchar a tu instinto cuando te dice que algo en ti está funcionando mal, podrás prevenir cosas más graves.

3. “Debo ayudar a esa persona”

A veces cometemos el error de no ayudar a alguien por puro miedo o vergüenza. Creemos que nos estamos entrometiendo en su vida, que no somos quién para darle una mano, que no tenemos el poder para resolverle la vida a los demás.

Sin embargo, cuando sientas la necesidad de acercarte a alguien que sabes que tiene problemas, hazlo. Vence tus propias barreras, porque seguramente tu instinto te está avisando que tienes algo que esa persona necesita.

4. “Esto me hace bien”

No siempre el instinto nos enviará mensajes negativos o de peligro; también funciona a la inversa. En general, tomamos decisiones usando la razón, y eso sirve para ciertas cosas.

Pero a veces, es necesario hacer las cosas desde las entrañas. Por eso, si tu pensamiento intuitivo te dice que hacer ese cambio de trabajo va a ser bueno para ti, deberías escucharlo a pesar del miedo.

Dejar, de vez en cuando, que tu instinto decida por ti qué es lo que va a hacerte verdaderamente feliz.

5. “Voy a lamentar esto”

¿Cuántas veces has dicho o hecho algo de lo que te arrepientes justo dos minutos después? ¿Cuántas de esas veces, tu instinto te lo avisó pero no le hiciste caso?

Seguramente, más de una. Es que a veces la situación, el contexto, la rapidez pueden llevarnos a hacer oídos sordos de la advertencia; y para cuando decidimos oír, ya es demasiado tarde.

Cuando estés por hacer algo y escuches algo dentro tuyo que te dice “cuidado, puedes lamentarlo en un momento”, detente sólo un momento a pensarlo de nuevo.

6. “Necesito salir de aquí”

Desde una fiesta con amigos hasta un matrimonio de años. Cuando tu instinto te dice que el lugar donde estás no es para ti, deberías escucharlo.

Quizá no te des cuenta cuánto te está dañando mantenerte en un lugar. Pero tu instinto lo sabe bien; es capaz de ver cosas que estás intentando negar.

Entonces, cuando tengas esa sensación más fuerte que tu cabeza de que tienes que cambiar algo, que debes moverte, que tienes que cambiar de contexto.. ¡Escucha! Te librarás de muchos pesares.

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¿Ahora sí estás dispuesto a escuchar a tu instinto?

Fuente:

La Vida Lúcida