Se dice usualmente que el verdadero cambio comienza por uno mismo, y hay mucha verdad detrás de esa frase. Está claro que hay mucha injusticia en el mundo, y que hay estructuras que, si no se cambian de raíz, no permitirán un vuelco radical de las cosas.

Aún así, muchas personas pequeñas, haciendo cosas pequeñas, pueden generar cambios enormes. A veces se desconfía de las obras de caridad, pero en realidad, lo que muchas organizaciones hacen son pequeños actos de justicia.

Si quieres mejorar tu vida, darle un mejor sentido, y, además, colaborar con un impacto positivo en el mundo, deberías aplicar estos cambios en tu vida.

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1. Sé más considerado con todos

Se trata, básicamente, de respetar a todos los seres. De aceptarlos en sus diferencias, y querer lo mejor para cada persona y especie que se cruza en tu camino.

Pero también tiene que ver con vivir una vida que considere las demás. Es decir, cuidar que nuestro estilo de vida (la alimentación que llevamos, la ropa que usamos, la manera en que viajamos) no sea perjudicial para otros, o para el medioambiente.

2. Vive una vida ética (aunque sin códigos morales)

Peter Singer, el padrino del movimiento de liberación animal, asegura que los códigos morales no son verdaderamente útiles. Claro que está bien seguir normas tales como “no matarás”, “no robarás”, etc.

Pero todo lo que se hace por imposición y normativa, pierde su verdadera validez. No lo hacemos porque no podemos. El verdadero cambio está en comprometerse con esa idea de ser uno con los que nos rodean.

Compartir lo que tenemos, ser más justos, y más amables no tiene que ser respuesta a la obligación, sino al verdadero sentido de empatía.

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3. Encuentra y vive tu pasión

Seguramente hay cosas que te gustan, eres bueno en algo, hay allí algo que te apasiona. Si encuentras eso que te hace vibrar, y puedes ponerlo al servicio de un mundo mejor, entonces has encontrado tu verdadero propósito en la vida.

Muchas personas creen que quien busca el éxito personal es egoísta, mientras que alguien que se sacrifica es altruista. Pero la verdad, es que las cosas no son blancas o negras. Y si eres capaz de buscar tu propio éxito, para poder dar más y mejores aportes al mundo, hay allí un beneficio doble.
No se necesita más mártires en el mundo, sino personas comprometidas.

4. Da un poco más

Es verdad que las mayores injusticias se dan en las más grandes esferas, pero hay una realidad: todo lo que a ti te sobra, falta en algún lugar.

Disfrutar el dinero que ganas trabajando, darte gustos, ahorrar un poco por si acaso está muy bien. Pero mira tu economía con ojos críticos y pregúntate: ¿No hay algún gasto que puedes eliminar para convertirlo en una ayuda?

El verdadero compromiso es ese: dar cada día un poco más. No te sientas presionado a colaborar con lo “políticamente correcto”. Mejor investiga. Hay organizaciones que se ocupan de rescatar refugiados, otras que llevan un plato de comida a niños que pasan hambre, o que buscan la cura contra el cáncer.

Allí donde te sientas cómodo, en aquel proyecto que canalice lo que quieres cambiar en el mundo, allí ve. Ayuda, dá un poco más. Si no es dinero, da tu tiempo, suma tu voz.

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5. Sé humilde

Tu aporte no vale más ni menos que el de otro. Si aplicas estos cambios, es porque quieres un mundo más justo, ¿No?

Si todos buscamos lo mismo, no tiene sentido competir. No hagas las cosas buscando halagos y mejorar tu autoestima. Pero sobre todo, no juzgues el accionar de los demás. No creas que quien está a tu lado no se esfuerza, porque no estás en sus zapatos.

Sé humilde y reconoce que tu aporte también es pequeño, el de todos es pequeño. Pero todos son necesarios para hacer un gran cambio.