Hay cosas que hacemos de forma tan automática que nos hemos ya olvidado de lo que implican. Seguramente, en ese sentido, quizás ya ni te preguntes qué sucede una vez que aprietas el botón del retrete, y parezca que lo que hayas arrojado desapareciera "como por arte de magia". Pero no es así. 

Muchas personas tienen el hábito de arrojar cualquier cosa en el retrete como si se tratara de un cesto de basura, pero aunque tú ya no lo veas, lo que echas puede atascar o averiar las tuberías y bombas de los sistemas de depuración, bloquear las conexiones de los hogares y los conductos de la red cloacal. Además, esto genera mayor consumo de energía, que aumenta aún más los costos ambientales y económicos que implica el saneamiento. Y podría evitarse tan solo con cambiar algunos hábitos muy simples. 

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¿Qué es lo que nunca deberías arrojar al retrete?

1. Toallitas húmedas, algodones, pañales, compresas, tampones, preservativos. No son biodegradables, y muchos de ellos contienen plástico. Puedes encontrar alternativas que no generen desechos como la copa menstrual.
2. Amoníaco, detergentes y lejía (cloro, lavandina); son muy contaminantes y pueden oxidar la materia orgánica. Úsalos con moderación y procura que estén bien diluidos antes de arrojarlos.

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3. Aceites; un solo litro contamina hasta mil litros de agua,  puede generar atascos y además a las depuradoras les resulta muy difícil separarlo del agua.
4. Cigarrillos; no se degradan fácilmente, desprenden químicos en el agua y además. seguramente necesitarás por lo menos dos descargas (aproximadamente 8 litros de agua) para que no permanezcan flotando en tu retrete.
5. Animales, como peces.
6. Productos químicos como pinturas, medicamentos, etc.
7. Desechos orgánicos. ¡Para eso está el cesto y qué mejor, una compostera!

Muchos de estos residuos terminan siendo vertidos en el ambiente, contaminando mares y ríos, dañando el ecosistema marino y las especies que viven en él.

Volvamos a pensar. Si cuando arrojas algo al retrete crees que no pasará nada importante; ¿qué pasa si al mismo tiempo que tú cientos de otras personas están pensando lo mismo?

En Europa, solo las toallitas generan un gasto de entre 500 y 1.000 millones de euros cada año. Y en Argentina, por poner otro ejemplo, 5 mil toneladas de residuos llegan todos los años a las plantas depuradoras. 

Además de esto, cada vez que aprietas el botón o jalas la cadena del retrete, se consumen alrededor de 12 litros de agua; siendo una de las acciones en la que más cantidad de agua potable usamos al día.

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De acuerdo a la ONU, para el 2030 nos enfrentaremos a una escasez de agua muy importante, acelerada por el cambio climático y el crecimiento de la población; que podría poner en riesgo la producción de alimentos y provocar una crisis de salud por el aumento de la exposición a fuentes de agua insalubre.

¿No crees que sería hora de que comencemos a usar baños secos en lugar de seguir desperdiciando agua potable en los retretes?

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