Nota por Pamela Landini
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El consumo responsable se refiere a consumir bienes y servicios teniendo en cuenta -además de las variables de precio y calidad- las características sociales y laborales del entorno de producción y las consecuencias ambientales posteriores. Esto implica comprender que no todos los recursos naturales son renovables, por lo cual su uso debe tener como eje el cuidado de las condiciones de vida de las generaciones actuales y futuras.

Los recursos naturales incluyen diversos elementos, como el agua y el viento, el carbón, los metales, el gas natural o el petróleo; por lo cual, ser un consumidor responsable implica no solo evaluar la procedencia de cada servicio y producto que adquirimos, sino también intentar diariamente reducir el consumo de los mismos.    

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Es por esto que desde FARN proponemos soluciones prácticas y accesibles para cuidar los recursos, incluyendo el ahorro de energía (y dinero) en el hogar y la oficina, y la conducción eficiente de transportes particulares.

Eficiencia energética

En el informe “Escenarios Energéticos para la Argentina (2006-2020)”, la organización Vida Silvestre estimó que el potencial de reducción para ese período podía ser de entre un 30 y un 48% con respecto a las emisiones estimadas para 2020, si se aplicaran políticas para la reducción del consumo. Una parte importante de este potencial de ahorro se encuentra en el sector residencial y en el comercial/público. Estos dos sectores concentran el 62% del potencial de ahorro de energía eléctrica.

El consumo de energía eléctrica en Argentina genera el 47% de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual provoca calentamiento global y en consecuencia, mayores temperaturas, inundaciones y derretimiento de glaciares, entre otros efectos preocupantes.

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Ésta es una oportunidad para que cada uno de nosotros sea más responsable con los consumos y el impacto que éstos generan. Comienza con acciones simples y cotidianas: 

  • Las duchas cortas ahorran agua caliente: si usamos menos agua caliente, habrá que usar menos energía para calentarla y además haremos un uso eficiente del recurso agua, lo que incluso podría reducir el costo de nuestra factura.
  • Lavado de los platos: cerrar la canilla mientras se enjabonan los platos y condensar el lavado para ciertos momentos del día también ayuda. 
  • Instalar un “temporizador” en el termotanque: de este modo se limitan los horarios del día en los que funcionaría la resistencia del termo, el cual estará activado solo cuando sea necesario. 
  • Reemplazar las lámparas de mayor consumo (halógenas, dicroicas) por otras más eficientes, como las de bajo consumo y LED.
  • Calefacción: lo principal es pensar en evitar la pérdida de calor, incluso antes de decidir aumentar el consumo de energía para que se caliente. Para esto es importante entender por dónde se escapa el calor de nuestras casas. También se debe asegurar la correcta circulación del aire: prevenir el escape de aire caliente no significa privar de aireación el ambiente. La temperatura ambiente ideal se encuentra entre los 17 y los 20 grados.
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  • Aires acondicionados: al usarlos es imprescindible asegurarse que las ventanas estén cerradas, ya que solo así enfriarán el ambiente de la manera más eficiente y rápida. Lo ideal es ponerlos de 24 a 25 grados para que funcionen en su punto más eficiente de consumo energético. Se sugiere limpiar los filtros cada 2 meses para no forzar el motor del aire y usar el modo “Sleep” por la noche (de este modo se aumenta la temperatura en un grado por hora).
  • Aparatos eléctricos en la cocina: vale la pena balancear el uso de aparatos eléctricos con el uso de la cocina tradicional a gas u otros métodos.  
  • El consumo energético de las heladeras también puede optimizarse: dejar siempre un espacio mínimo de 15 cm entre el aparato y la pared; regular la temperatura en las diferentes épocas del año (en potencia mínima en invierno); descongelarla antes de que la capa de hielo de los freezers y congeladores llegue a un espesor de 5 mm; y no guardar en su interior alimentos calientes, ya que aumentan la temperatura interior y en consecuencia el termostato activa motor.
  • Muchos de los aparatos que tenemos (TV, computadora, radio, entre otros) quedan con su luz encendida mientras están apagados, y esto también consume. Si no se usan por largos períodos de tiempo, vale la pena desconectarlos, lo que además los protege de cambios de tensión. Se calcula que casi un 15 % del consumo de una vivienda se produce por aparatos electrónicos conectados en “stand by”.
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Más información en “Eficiencia Energética en el Hogar”: http://farn.org.ar/archives/20934

Conducción eficiente

La conducción eficiente es una manera y actitud de manejar que busca lograr que el automóvil no trabaje de más para llegar a su destino (es decir que no gaste de más).

Esto trae beneficios como:

  • Ahorro en la cantidad de combustible 
  • Menores costos de mantenimiento 
  • Menor cantidad de emisiones de gases contaminantes a la atmósfera 
  • Mayor seguridad y menor estrés al conducir 

Desde FARN creamos un “Manual de conducción eficiente”, en el cual podrás conocer y planificar tu viaje en auto obteniendo un mayor rendimiento de combustible durante tu recorrido y una mejor calidad de la experiencia de manejo.  

Puedes descargarlo ingresando aquí.

Más información en: www.farn.org.ar